lunes, 31 de enero de 2011

DEPORTE para controlar mejor la DIABETES



La diabetes se caracteriza por una eliminación excesiva de orina que, frecuentemente contiene azúcar. También suele producir enflaquecimiento, sed intensa y otros trastornos generales. Y es que la diabetes es, actualmente, una de las grandes enfermedades crónicas que afectan a un total de más de 3,5 millones de españoles de todas las edades.

Los hábitos de vida actuales, y concretamente el sedentarismo y la mala alimentación, son la causa del incremento del número de diabéticos en todo el mundo, que asciende hasta 140 millones y que se elevará, según las estimaciones de los expertos, hasta 300 millones en el año 2025, según declaraciones del presidente de la Federación Española de Diabetes, Juan José Barbería. En España se estima que de los 3,5 millones de diabéticos que existen, la mitad desconocen su enfermedad, por lo que los expertos insisten en el diagnóstico precoz, en la alimentación sana y equilibrada, y en la educación de los enfermos y de sus familias y en el deporte. Se trata de una enfermedad sobre la que se cuestionaba la indicación de realizar ejercicio físico. Sin embargo, en los últimos años la práctica mayoría de los especialistas en la materia, los endrocrinólogos, apuntan al ejercicio físico como una de las mejores vías para prevenir y combatir esta patología.

Concretamente un trabajo publicado en el último número del American Journal of Epidemiology aumenta la importancia que ya se estaba dando al ejercicio físico como una de las mejores formas de prevenir la diabetes no insulín dependiente. El estudio, realizado en Hawai, consistió en seguir durante seis años la evolución médica de 6.800 adultos de edades comprendidas entre los 45 y los 68 años. Las conclusiones del trabajo son tajantes: los adultos poco aficionados a practicar deporte tienen el doble de riesgo de padecer diabetes no insulín dependiente que aquellos que practican ejercicio físico.

Aunque no es la primera vez que se habla en una publicación científica de las excelencias del deporte en la prevención de una de las más frecuentes enfermedades metabólicas, el estudio hawaiano es uno de los más extensos que se han realizado. Los investigadores insisten en que el deporte mantiene la sensibilidad de las células a la insulina y evita que se produzcan transtornos del metabolismo del azúcar. La diabetes y el deporte es según el doctor Juan Pedro Marañés Pallardo, jefe de Servicio Endocrinología Hospital Clínico de MADRID, “no sólo un buen binomio sino una relación necesaria y a veces imprescindible. En su opinión un diabético, en general DEBE HACER DEPORTE “en todas la circunstancias, excepto, cuando hay una cardiopatía, un problema respiratorio, lesiones traumáticas o articulares, en ciertos momentos del embarazo, o cuando las complicaciones de la diabetes o una gran descompensación con cetosis nos lo impidan. En esos casos es PERJUDICIAL. En términos generales, es importante que un diabético realice ejercicio físico porque con el ejercicio, se metaboliza, esto es, se quema en primer lugar la glucosa. Los efectos positivos a corto y medio plazo que experimenta un diabético con la realización habitual de algún deporte es la mejora de su metabolismo y control de la glucosa. A la larga contribuye a mantener el peso adecuado y reduce el exceso de lípidos. Además, mejora el estado psíquico.”

Para un diabético, practicar algún tipo de deporte supone una mejora del riego sanguíneo; un aumento del llamado buen colesterol (HDL-c) en sangre así como una reduccirón de los niveles de triglicéridos sanguíneos. Asímismo disminuye la necesidad de insulina o antidiabéticos orales.

domingo, 30 de enero de 2011

Diabéticos mayores se mantienen sexualmente activos



Según un nuevo estudio publicado en la versión en línea de Diabetes Care, aunque la diabetes afecta a la función sexual de adultos de mediana edad y mayores, no pone fin a la actividad sexual en este grupo de pacientes.
Los hallazgos del estudio, basados en una encuesta de casi 2000 participantes diabéticos y no diabéticos, indican que aun cuando la diabetes altere la libido, la función eréctil y el orgasmo, los adultos de edad avanzada con pareja que padecen la enfermedad siguen teniendo actividad sexual más o menos con la misma frecuencia que las personas que no tienen la enfermedad: casi 70% de los hombres diabéticos con pareja y 62% de las mujeres diabéticas con pareja tienen actividades sexuales un promedio de dos o tres veces cada mes.
La autora principal Dra. Stacy Tessler Lindau, MAPP, FACOG, profesora asociada de obstetricia y ginecología y de medicina en la University of Chicago, Illinois, y sus colaboradores hacen hincapié en que es bien conocida la interrelación entre la diabetes y la disfunción sexual.

Señalan que puesto que los pacientes diabéticos, de un modo similar a otros, pueden titubear a la hora de comentar aspectos relacionados con el sexo, los médicos harían bien en asumir un papel más activo e iniciar las charlas con los diabéticos e identificar problemas sexuales
La encuesta basada en la población fue parte del National Health, Social Life and Aging Project y en ella se evaluó a 1993 adultos de 57 a 85 años de edad. El diseño del estudio comprendió entrevistas en el domicilio, inventarios de medicamentos y determinaciones de las concentraciones de HbA1c.
De los participantes, 47% de los hombres tenían diabetes; casi la mitad estaban al tanto de la enfermedad, la otra mitad no. Casi 40% de las mujeres encuestadas resultaron con diabetes. De nuevo, la mitad de ellas sabía tenían la enfermedad, la otra mitad no.
Los hombres con diagnóstico de diabetes tenían más posibilidades de referir menos interés en el sexo (oportunidades relativas ajustadas [ORA]; 1,72; intervalo de confianza [IC] del 95%: 1,12 a 2,63) que otros hombres y a referir tener más problemas de disfunción eréctil (ORA: 2,52; IC del 95%:1,53 a 4,14).
Las dificultades para lograr el orgasmo eran más frecuentes en los participantes con diabetes y tales dificultades fueron comunicadas tanto en mujeres como en hombres, supiesen o no supiesen que tenían diabetes.

viernes, 28 de enero de 2011

LA DIABETES ES CURABLE, SEGÚN UN BRUJO MEXICANO



Chamanes mexicanos pretenden internacionalizar la medicina tradicional de este país, como lo hicieron los chinos con la acupuntura. Prácticamente quieren que en otras partes del planeta se curen como lo hacían los aztecas, los olmecas, los mayas y los incas (Perú) a través de métodos herbolarios.

Son infinidad de técnicas las que ellos ocupan para curar y obtener sus medicinas. Para dar un ejemplo de eso, el chamán Lauro Hinostroza mencionó que el paracetamol lo obtienen de los sauces, mientras que los antibióticos los adquieren de los hongos que crecen en los excrementos de las vacas.

Este miércoles se llevó a cabo un encuentro de chamanes en la ciudad de Puebla, en donde participaron curanderos de varias partes de México, así como de otras regiones de Centro y Sudamérica, principalmente de Perú y Colombia.

En esa reunión intercambiaron conocimientos sobre las técnicas curativas. Así también propusieron que sus métodos sean dados a conocer en todo el mundo, como los asiáticos y los hindúes lo hicieron con la medicina alternativa; un ejemplo de eso es la acupuntura.

En ese sentido, comentó, esta sería otra opción para que las personas encuentren la cura a su padecimiento.

Para ello, Lauro Hinostroza García, considerado uno de los mejores curanderos de Perú y de la cultura inca, señaló que sería muy favorable que las autoridades de cada país apoyen económicamente para impulsar este proyecto, porque actualmente la medicina tradicional sólo se practica en las comunidades indígenas.

Incluso, dijo, se podrían elaborar miles de medicinas con recursos herbolarios que ayudarían a curar varias enfermedades, las cuales se podrían comercializar de manera industrial.

Sobre el origen de estas técnicas, Hinostroza García mencionó que la medicina tradicional la desarrollaban, sobre todo, culturas prehispánicas como la Maya, la Azteca y la Inca, las cuales adquirieron algunas técnicas de la antigua Chamanería practicada desde la época cuaternaria (hace un millón de años).

Señaló que a lo largo de los siglos se ha logrado preservar este sistema curativo, gracias a que los abuelos enseñan los métodos a las nuevas generaciones. "Para aprender a curar no hay un plazo específico, porque nunca se acaba de aprender", señaló.

LA CHAMANERÍA LA HAN DESVIRTUADO LOS CHARLATANES, NO ES MAGIA, NI BRUJERÍA

Para precisar el concepto de Chamanería, Lauro Hinostroza afirmó que este es sólo un método curativo que no tiene nada que ver con la brujería o con la magia. Dijo que en este sistema se aplica también la danza y los cantos, además de la medicina.

Por lo anterior comentó que uno de los mayores problemas por el que se ha desvirtuado este método curativo se debe a la presencia de charlatanes. Porque aunque si bien hay gente en las ciudades que saben curar a través de la medicina tradicional, también hay personas que engañan a la gente; estos son fáciles de identificar, dijo, porque básicamente son aquellos que se anuncian en radio y televisión.

Un verdadero chamán, señaló, es aquel que a través de la energía espiritual logra entrar al cuerpo de su paciente para diagnosticarle algún padecimiento. Para ello, comentó, hay que echar mano de algunos recursos herbolarios, como lo es el peyote, los hongos o la hoja de coca -esta última producida en Colombia-.

"El chamán sabe manejar el estado de trance para entrar al cuerpo de las personas, y esto sólo se logra con sustancias como el peyote", remarcó.

EL CÁNCER Y LA DIABETES SON CURABLES

Santiago Ortela Sarmiento, curandero de la región de Veracruz y practicante de la medicina tradicional olmeca afirmó que las enfermedades no nacen, sino que se hacen.

Además dijo que la enfermedad es diferente en cada persona, por lo que dependiendo del padecimiento diagnosticado a una persona es como los chamanes elaboran una medicina especial.

Por lo anterior, Ortela Sarmiento afirmó que padecimientos como el cáncer y la diabetes son curables, siempre y cuando la gente se someta a dietas y a un estricto control médico. "Aunque la medicina convencional (industrial) diga que no, para la medicina tradicional si hay soluciones".

Por su parte resaltó que un curandero de medicina tradicional es aquel que usa cuerpo, mente y espíritu para atender a sus pacientes.

"A veces, con sólo utilizar el sentido de la vista es posible detectar qué es lo que tiene una persona. Para curar se emplean varias técnicas, desde una tronada hasta algunos baños, todo esto para depurar el mal", señaló.

Así también comentó que la medicina no es una ciencia, sino un arte que se desarrolla a través del conocimiento. Es decir, que el chamán o el curandero conozca los beneficios de los recursos herbolarios para poder aplicarlos a sus pacientes.

"La enfermedad no se presenta de la misma forma en los seres humanos y en la sociedad", señaló Lauro Hinostroza.

Finalmente, este chamán de Perú afirmó que aún cuando muchos han satanizado la utilización de algunos recursos, como lo es la hoja de coca, o el peyote, el hecho es que estos representan -para algunas comunidades indígenas- la solución a sus enfermedades.

jueves, 27 de enero de 2011

¿BEBER ALCOHOL?

Partiendo de la base de que el alcohol siempre hay que beberlo con mucha moderación, por los efectos nocivos que tiene sobre nuestro organismo, aclararemos un poco más el efecto que el alcohol puede producir en las personas que tienen diabetes.

Un organismo normal metaboliza unos 7 gr, de alcohol a la hora. Si se supera esta tasa de ingesta y puesto que no se puede almacenar, el exceso de alcohol pasa a la sangre aumentando su concentración.

El hígado es el encargado de metabolizar el alcohol. Cuando una persona con diabetes tiene una bajada de glucosa o están bajando los niveles, el hígado es el encargado de formar glucosa, proveniente de ese depósito de carbohidratos que tiene almacenado en forma de glucógeno.

Cuando el alcohol entra en sangre, se convierte en un tóxico que el hígado intenta eliminar y aclarar, de tal forma que cuando está metabolizando el alcohol deja de metabolizar glucosa por lo que una persona con diabetes puede tener una hipoglucemia severa.

Si además se hace ejercicio y se bebe alcohol los riesgos de tener una bajada se incrementan, ya que el ejercicio también desciende los niveles de glucosa.

Siga estos pasos si usted es de aquellas personas con diabetes que beben alcohol:

Nunca beba alcohol con el estómago vacío

Limite su consumo a una bebida si es mujer y a dos si es un hombre

A veces si se piensa en tomar dos cañas de cerveza por ejemplo, sería más aconsejable, que de una caña hiciéramos dos al combinarlas con gaseosa, ya que esta, está edulcorada con sacarina.

Si se va tomar un cuba libre es preferible tomar el alcohol lo más escaso posible y mezclarlo con algún refresco azucarado.

Si la glucosa baja debe de tratarlo inmediatamente

Si ha estado bebiendo, contrólese la glucosa antes de irse a la cama, coma algún extra de hidratos de carbono de absorción lenta, para evitar la bajada de glucosa cuando duerme. Beba mucha agua.

Cualquier persona diabética que pierda la conciencia por ingesta de alcohol deben llevarle a un hospital inmediatamente, ya que necesitará glucosa directamente en sangre.

Para poder beber alcohol, debe tener perfectamente controlada la diabetes.
Conocer los efectos que tiene el alcohol sobre su organismo.
Si tiene alguna complicación de su diabetes, como afectación de los ojos o los riñones o de los nervios, o tiene los triglicéridos altos, no debería de probar el alcohol, ya que empeoraría su evolución.

Si tiene un plan de alimentación para perder peso, debe saber que el alcohol le aportará muchas calorías innecesarias ya que no le aportan ningún nutriente.

Las cervezas sin alcohol, vino secos y cavas son las que menos alcohol, carbohidratos y calorías aportan.

Beba siempre con precaución y sin exceso, su salud se verá beneficiada por ello

miércoles, 26 de enero de 2011

Breve Historia de la Diabetes: Desde la Antigüedad hasta el descubrimiento de la Insulina

La primera referencia por escrito, que comúnmente se acepta, corresponde al papiro encontrado por el egiptólogo alemán George Ebers en 1873, cerca de las ruinas de Luxor, fechado hacia el 1.500 antes de la era Cristiana. Este papiro se conserva hoy en día en la biblioteca de la Universidad de Leipzig (Alemania). Es un rollo de papiro que al desenrollarlo medía 20 m de largo por 25 cm de ancho y en él está escrito todo lo que se sabía o se creía saber sobre medicina. Un párrafo está dedicado a la extraña enfermedad, a la que siglos después los griegos llamarían diabetes.
Su autor fue un sacerdote del templo de Inmhotep, médico eminente en su época, y en su escrito nos habla de enfermos que adelgazan, tienen hambre continuamente, que orinan en abundancia y se sienten atormentados por una enorme sed. Sin duda está describiendo los síntomas más graves de la diabetes infanto-juvenil.
Diez siglos después es encontrada en la India otra referencia, en el libro de Ayur Veda Suruta (Veda significa ciencia) se describe una extraña enfermedad, propia de las personas pudientes, de obesos, de personas que comen mucho dulce y arroz y cuya característica más peculiar es que su orina tiene un olor dulce, por lo que la llamaron "madhumeha" (orina de miel); Se explica también que esta enfermedad habitualmente afectaba a varios miembros dentro de una misma familia. Posiblemente ésta sea la primera descripción de otra de las formas de presentación de la diabetes, la diabetes tipo II, asociada en gran medida a la obesidad.
El nombre diabetes es griego y significa "pasada a través de", pero no se está de acuerdo en quién la bautizó de esta manera. Unos piensan que fue Apolonio de Menfis mientras que otros señalan a Areteo de Capadocia, médico turco (81-138 d. C). Sí está claro que este último señaló la fatal evolución y desenlace de la enfermedad. Areteo interpretó así los síntomas de la enfermedad: a estos enfermos se les deshace su cuerpo poco a poco y como los productos de deshecho tienen que eliminarse disueltos en agua necesitan orinar mucho. Esta agua perdida tenía que ser repuesta bebiendo mucho. Como la grasa se funde poco a poco se pierde peso y como los músculos también van deshaciéndose el enfermo se queda sin fuerza.
A pesar de sus grandes conocimientos, durante el Imperio Romano sólo merecen destacarse a Celso, que hizo una detallada descripción de la enfermedad y fue el primero en aconsejar el ejercicio físico, y a Galeno, que interpretó que la enfermedad era consecuencia del fallo del riñón, que no era capaz de retener la orina. Esta idea permaneció en la mente de los médicos durante siglos.
La Edad Media sufre un importante vacío en cuestiones de ciencia y algunos aspectos de la cultura aunque podríamos citar a: Avicena, Feliche y Paracelso.
Avicena (Ibn-Sina) evaporó la orina de un diabético y vio que dejaba residuos con sabor a miel. También hizo una descripción de las complicaciones de la diabetes.
En el siglo XIII Feliche descubrió que el páncreas no era un trozo de carne como hasta entonces se había pensado, sino una víscera.
Saliendo ya de la Edad Media, en el año 1493 nació en un pueblecito cercano a Zurich Theophrastus Bombastus von Hohenheim. Este niño es Paracelso (nombre que adoptó en memoria del médico romano Celso). Este hombre revolucionó la Universidad y se enfrentó a los maestros de entonces y a muchas de las ideas que ya estaban fuertemente establecidas. En lo que a la diabetes respecta Paracelso afirmó que el riñón era inocente (al contrario de lo que Galeno dijo y era mayoritariamente aceptado) y que la diabetes se debía a una enfermedad de la sangre. Se cuenta que le irritaba la palabra incurable y que decía "jamás ha creado Dios ninguna enfermedad para la que, al mismo tiempo, no haya creado también la medicina apropiada y el remedio adecuado".
En 1679 un médico llamado Thomás Willis, humedeció su dedo en la orina de un paciente diabético, comprobando así su sabor dulce; por otro lado, encontró otros pacientes cuya orina no tenía ningún sabor y estableció entonces los términos de Diabetes Mellitus y Diabetes Insípida para diferenciarlos, que actualmente sabemos son dos entidades distintas. Aunque la palabra mellitus, otros opinan que la inventó Rollo en el siglo XVIII.
Parece que sí hay acuerdo en que fue Frank en 1752 el que diferenció definitivamente las diabetes mellitus de la diabetes insípida. Son dos enfermedades distintas, la mellitus tiene azúcar mientras que la insípida no. En la diabetes mellitus no tratada se orina mucho pero en la insípida se orina mucho más, pudiéndose llegar a los 20 litros diarios.
Mathew Dobson en 1775 descubrió que el sabor dulce era por la presencia de azúcar en la orina, lo que le permitió desarrollar después métodos de análisis para medir esta presencia.
En 1778, Thomas Cawley realizó la autopsia a un diabético y observó que tenía un páncreas atrófico y múltiples cálculos implantados en el tejido pancreático, esta es la primera referencia fundamentada que relaciona la Diabetes Mellitus y el páncreas.
En el siglo XIX se hacen muchísimas disecciones de animales. En 1867, Langerhans descubre en el páncreas de un mono unos islotes dispersos de células, con una estructura distinta de las células que producen los fermentos digestivos, cuya función es desconocida.
En 1889 Joseph Von Mering y Oscar Minkowsky estirpan totalmente el páncreas de un mono (con la intención de ver los efectos de la ausencia de los jugos pancreáticos en la digestión del animal) y observan como el animal se va hinchando, manifestando sed y frecuente emisión de orina. Investigada esta orina, se dan cuenta de que contiene azúcar, por lo que llegan a la conclusión de que la extirpación del páncreas produce una diabetes de curso grave que termina con el fallecimiento en pocas semanas. A partir de este punto, centran sus investigaciones en una sustancia que producen los islotes de Langerhans, que llamarán Insulina o Isletina, sin obtener resultados.
Quizá el momento más determinante y recordado de la historia de la diabetes se sitúa en el año 1921, cuando Frederick G. Bantin y su ayudante Charles H. Best tuvieron la idea de ligar el conducto excretor pancreático de un mono, provocando la autodigestión de la glándula. Después, exprimiendo lo que quedaba de este páncreas obtuvieron un líquido que, inyectado en una cachorra diabética, conseguía reducir en dos horas una glucemia: habían descubierto la insulina. Esta cachorra es la famosa "Marjorie", primer animal que después de haberle quitado el páncreas pudo vivir varias semanas con la inyección del extracto de Banting y Best, hasta que tuvo que ser sacrificada al acabarse el extracto.
Estos dos investigadores ganaron el premio Nobel de medicina en 1923 y renunciaron a todos los derechos que les correspondían por su descubrimiento, vendiéndola a la Universidad de Toronto por un precio simbólico "un dólar".
El primer ensayo en humanos fue realizado poco tiempo después. El 11 de enero de 1922, Leonard Thompson, diabético de 14 años y con sólo 29 kilos de peso, recibió la primera dosis de insulina que provocó una mejora espectacular en su estado general; el paciente murió 13 años después, como causa de una bronconeumonía, observándose en su autopsia avanzadas complicaciones diabéticas.
El uso de la insulina se fue extendiendo, aunque los métodos usados para su extracción eran costosísimos y la cantidad no era suficiente para toda la demanda. En esas fechas muchos diabéticos y algunos médicos consideraron que la insulina sería curativa de manera que, con alguna inyección ocasional y sin seguir dieta alguna sería suficiente para encontrarse bien. Pero pronto se dieron cuenta que la insulina no era la curación sino sólo un sustituto para evitar la muerte de los diabéticos. Los diabéticos empezaron a aprender a inyectarse ellos mismos, las vías eran la subcutánea y la intravenosa, que estaba reservada para los casos de coma.
En España, el doctor Rossend Carrasco (1922), emprende la tarea de la obtención de la insulina a través de la extirpación del páncreas de los cerdos sacrificados en el matadero municipal de Barcelona. De esta forma, consiguen tratar a Francisco Pons, de 20 años, que fue el primer diabético en toda Europa tratado con insulina. Esta primera insulina obtenida de animales generaba peligrosas hipoglucemias y grandes reacciones locales, debido en gran medida a sus impurezas. Hasta 1923 no se extendió en uso de la insulina en Europa.
Surgió la cuestión de internacionalizar el nombre de la hormona del páncreas. Lilly le dio el nombre de Insulin, insulina en español, como se la conoce desde septiembre de 1923, abandonando todo el mundo el primitivo nombre de isletin. Desde estas fechas tanto los métodos de conseguir la insulina como el tratamiento de la diabetes han avanzado y han llegado a unos niveles que seguramente nadie se imaginaba. La vida de la persona con diabetes hoy en día puede ser y de hecho es, perfectamente normal, con una calidad de vida igual a la de las personas sin diabetes, pero esto forma parte de una historia mucho más reciente.

lunes, 24 de enero de 2011

Diabetes en el Espacio


(Artículos y Actualidad)

Los astronautas tienen que superar unas exigentes pruebas para demostrar su condición física y psíquica, aunque de vez en cuando se les escapa algún trastornado.

Hasta el momento todos los astronautas cumplían estos requisitos, sin embargo las investigaciones médicas no entienden de condiciones físicas y por eso, para estudiar el comportamiento de una de las patologías crónicas más prevalentes en nuestra sociedad, un vasco será el primer astronauta diabético de la Historia.
Josu Feijoo tiene la suerte de haber sido elegido como conejillo de indias para testar nuevas herramientas de telemedicina que hacen llegar los valores de glucosa del paciente al médico desde cualquier lugar del mundo y en tiempo real.

En septiembre de este año, Feijoo montará en la VSS Enterprise de VirginAtlantic y experimentará la ingravidez mientras prueba una nueva insulina de efecto prolongado que le permitirá administrarse una sola dosis cada dos días en vez de las cuatro diarias a las que está acostumbrado.

El medidor de glucosa que utilizará tendrá acoplado un sistema telemédico que transmite cada 15 minutos sus valores sanguíneos a la tierra.

El tercer y último experimento requerirá la extracción de 10 mililitros de sangre venosa para comprobar si los componentes proteómicos varían en estado de ingravidez.

De modo que este vitoriano, alpinista y ahora reconvertido en astronauta/conejillo de indias se está ya preparando para su salto al espacio y aunque dice no tener miedo a la misión, ha hecho ya el testamento vital.

domingo, 23 de enero de 2011

AMAR CON DIABETES



A pesar de que la diabetes es una seria y debilitadora enfermedad crónica que afecta a millones de personas en todo el mundo, yo he llegado a los cincuenta sin conocer a nadie que la padeciera. Eso cambió de repente una noche de primavera el año pasado cuando conocí a M. en un local de moda de una capital del sur de Europa. Antes de aquella noche yo, como tanta otra gente, tan solo tenía una vaga noción de lo que significaba tener diabetes o de lo que implicaba para las personas que la padecían, pero tenía la impresión de que se trataba de uno de tantos problemas de salud que hace ya tiempo que están bien controlados por la medicina moderna, y por lo tanto prácticamente no le había prestado atención.
Aunque en ese momento lo ignoraba, aquel encuentro con M. iba a cambiar todo eso radicalmente. La diabetes pasaría desde entonces a ser una conocida, si bien angustiosa compañera de nuestra incipiente relación, hasta el punto de que en la actualidad siento que mi amor está íntimamente ligado a la enfermedad, o más bien a la fortaleza y diligencia necesaria para su control, así como también al a veces confuso equilibrio entre resignación y valor, entre enfado y sensación de impotencia, entre tenacidad y abandono, sentimientos que cualquier enfermedad desencadena. Aunque resultaría ingenuo sostener que la diabetes fue en algún modo responsable del romance que tuvo lugar a continuación, de igual manera sería simplista ignorar o descartar la sutil pero palpable influencia que esta afección ejerce sobre la persona, por no decir la personalidad de M. y cómo no, sobre la evolución posterior de nuestra relación. Eso sin contar con mi ambivalente reacción a las necesidades que el cuidado diario de esa condición impone.
Mi encuentro con M. no fue fortuito. Llevábamos varias semanas disfrutando de una intrigante y casi anónima correspondencia escrita, y nuestro encuentro aquella noche fue el primero que mantuvimos cara a cara. Para entonces conocíamos nuestra manera de pensar respecto a infinidad de temas que van desde el amor, la amistad y el sexo, hasta la cultura, la política y la espiritualidad, mucho más de lo que la mayor parte de la gente llega a conocer incluso tras meses de conversación íntima. Paradójicamente, poco sabíamos de los detalles cotidianos de la vida de cada uno.
De modo que desde el principio nuestra amistad se desarrolló en sentido inverso a lo que suele ser la trayectoria habitual de la mayoría de las amistades, que comienzan con el recuento poco a poco de datos esenciales y básicos de la vida del otro para continuar profundizando en el conocimiento sobre la manera de pensar, los miedos y deseos más íntimos del otro.
Recuerdo claramente el momento en que descubrí que M. tenía diabetes: tras unas copas y algo de conversación decidimos ir a cenar a un restaurante cercano, de modo que caminamos, un tanto nerviosos, por las animadas e iluminadas calles del centro histórico de la ciudad. Charlábamos acerca de nuestras vidas recientes, de nuestra situación actual, comentando brevemente los motivos que nos habían empujado a buscarnos el uno al otro. Para cuando hubimos encontrado el restaurante y nos disponíamos a cenar, nuestros temores iniciales se habían disipado y la conversación había llegado a un estado de relativa relajación, si bien para nuestros adentros seguíamos preguntándonos si la pasión contenida de nuestra larga correspondencia escrita se matendría tras el salto hacia ese nuevo y extraño terreno del contacto físico.
Examinamos el menú y el camarero nos tomó nota. Una vez el vino estuvo servido, M. abrió su bolso y extrajo una pequeña bolsa, de la que sacó una jeringa. Le quitó la caperuza, ajustó la dosis y procedió a inyectarse. Todo esto, con la naturalidad de alguien que está muy acostumbrado a hacerlo. Cuando M. descubrió en mi cara mi mal disimulado asombro, inmediatamente me explicó que era diabética. Así transcurrió mi primera exposición a lo que terminaría formando parte de un repertorio familiar de rituales diarios. En ese momento, y tras la sorpresa inicial, rápidamente registré el detalle y casi tan rápidamente como lo registré lo olvidé. Parecía un gesto sencillo, tan sencillo como una inyección aparentemente indolora. Daba la sensación de que era algo que no requería mucha atención, era como si estuviera sometida a un tratamiento que aunque continuado, no resultaba muy importante o serio.
Y hasta cierto punto, desde fuera parecería que es así. Pero solo desde fuera.
El siguiente contacto que recuerdo con esta dolencia (ese término impersonal, como tantos referidos a enfermedades, pronto adquiriría un carácter más íntimo que reclamaría un apodo más personal: la dolencia de M., la enfermedad de M.) tuvo lugar pocos días después de nuestra primera cita, durante una pequeña fiesta que di con motivo de mi cumpleaños. En ella había bastante alcohol y comida apetitosa, cosas ambas que debieron hacer a M. caer en la tentación, ya que alrededor de media noche desapareció. La encontré momentos después tendida sobre mi cama con los ojos cerrados, pálida y respirando irregularmente. En la medida que pudo me explicó que estaba sufriendo una hipoglucemia, probablemente a causa del consumo excesivo de alcohol. De repente el pánico se apoderó de mí y de golpe también comprendí la seriedad del problema al que M. se enfrentaba, la vulnerabilidad y el riesgo al que estaba sujeta. Hice lo que pude en ese momento, lo cual por supuesto no era mucho, y a medida que se iba recuperando me di cuenta de que iba a tener que empezar a formular preguntas y a aprender tanto como pudiera acerca de la diabetes.
También entonces fui consciente de que su estado de salud constituiría una parte ineludible de cualquiera que fuera la relación que mantuviéramos más allá de lo superficial. Si ciertamente nos proponíamos compartir nuestras vidas, la diabetes ya no podría permanecer el resto de su vida como solamente 'su' enfermedad. Ahora yo necesitaba intentar ver el mundo con los ojos de alguien como ella y como otros en su misma situación, esto es, desde la perspectiva de quien sufre una discapacidad. Una discapacidad con una lógica propia, que puede aliviarse hasta cierta medida a través del ejercicio de una conciencia extremadamente racional respecto al propio cuerpo, con una vigilancia constante de su estado físico en todo momento.
Muchos de los rituales diarios que cualquier persona sin diabetes ni se para a pensar, o que lleva a cabo de manera automática o con un mínimo de atención, son actividades que requieren una reflexión muy cuidadosa por parte de aquellos que sufren diabetes. Muy especialmente en lo que concierne a la dieta. Me refiero a que las personas con diabetes deben continuamente tomar decisiones sobre actividades que aun siendo de lo más básico, son aquellas de las que depende su propia vida. La entrega que deben mostrar para llevar a cabo esta tarea interminable es total, ya que los riesgos que corren son muy graves. Para cualquier actividad que emprenden, deben vigilar con frecuencia los niveles de glucosa en la sangre y actuar en consecuencia. Obviamente la sola posibilidad de llevar a cabo estos controles, el hecho de que dispongan de la tecnología que permite esta vigilancia de los índices de glucosa y la auto administración de la insulina es un privilegio reciente (la insulina fue sintetizada por primera vez y utilizada como tratamiento de la diabetes a principios de 1920), es algo de lo que todos los diabéticos deberían ser conscientes y por lo que deberían estar agradecidos.
Esta necesidad de mantener la atención, esta constante alerta respecto al estado del cuerpo, estos continuos ajustes en la dieta, esta permanente percepción y sensibilidad respecto al estado físico de su cuerpo no pueden por más que influir en el carácter. Cada vez que una persona con diabetes se mide el nivel de glucosa en sangre, en el fondo está tomando una decisión existencial sobre su deseo de vivir, sobre su resolución de retar a una enfermedad. La persona con diabetes debe desarrollar y favorecer aquellas facetas de su personalidad que puede que tan solo existan en potencia, facetas que para los que no tienen diabetes pueden permanecer latentes, pero que ellos deben activar para no morir. No se trata del tipo de tarea que puede empezarse y continuar hasta que se ha completado, para después descansar con la sensación de satisfacción que proporciona el haber completado una tarea difícil con éxito: esta particular tarea nunca está completa. Cualquier sentimiento de agotamiento, frustración, aburrimiento, angustia o resistencia deben dejarse a un lado, al menos hasta que hayan tomado la decisión de medirse, comer o inyectarse, según sea el caso, y hayan ejecutado la tarea correspondiente. Se trata de una constante presión interna que provoca exigencias emocionales que ni siquiera una persona en íntima relación con la persona diabética puede imaginar ni de lejos. Cuando al resto se nos permite relajarnos, ellos deben permanecer atentos.
Desde antaño se pensaba que las enfermedades graves conferían a los que las padecían un elevado sentido de espiritualidad. Enfermedades tales como la tuberculosis o la epilepsia se asociaban históricamente a una elevada sensibilidad mental, especialmente durante el siglo 19, cuando se pensaba que esas dolencias eran en parte responsables del genio de artistas como Chopin, Keats, Lord Byron, las hermanas Brontë, Dostoyevsky, Van Gogh, Nietzsche o Kafka, cada uno de los cuales eran víctimas de una o de la otra. Asimismo ciertas experiencias religiosas extremas han sido relacionadas con la enfermedad, en concreto las de San Pablo y Santa Teresa a los que presuntamente se les atribuía epilepsia. Esa conexión entre padecer cierta enfermedad y poseer un elevado sentido de la vida y de la muerte ha sido estudiado a fondo por el escritor alemán Thomas Mann en su genial novela "La Montaña Mágica" en la que habla del desarrollo moral y espiritual de un joven durante los siete años que trató su tuberculosis en un sanatorio en las montañas de los Alpes suizos.
La diabetes comparte con la tuberculosis y la epilepsia esa cualidad de enfermedad crónica. Es decir, actúa como un constante e íntimo recordatorio de nuestra mortalidad, de la increíble fragilidad de la estructura física que nos permite vivir, que nos permite seguir viviendo contra cualquier eventualidad. Ese tener siempre presente la ineludible fragilidad interna es diferente a cualquier otra clase de conocimiento o certeza. Esa conciencia representa un orden de vulnerabilidad enteramente diferente a aquellos peligros que nos acechan a los demás, pero presumiblemente más allá de los límites de nuestros cuerpos.
El sentimiento de aislamiento que esta experiencia debe imponer sobre la persona diabética, aunque tanto la sociedad como el propio paciente lo pasen por alto, quizá sea algo que no está siempre presente, pero tampoco desaparece por mucho tiempo. Incluso el amor es incapaz de liberarles de su angustia, sin embargo probablemente goza de un poder especial para mitigarla.
A pesar de que todavía no comprendo del todo los detalles de la enfermedad ni el modo en que afectan a M en el día a día, y puede que nunca llegue a comprenderlos, he aprendido a reconocer algunos de sus efectos y me he acostumbrado a ayudarle a esquivar la distracción que algunos rituales y esfuerzos amorosos muy a menudo ocasionan, recordando a M frecuentemente, por ejemplo cuando es hora de medir sus niveles de glucosa en sangre.
El sexo era otra faceta que reservaba sorpresas para mí. Todavía recuerdo la primera vez que, mientras hacíamos el amor M. de repente paró y dijo: "tengo que comer, ahora". Pensé que estaba de broma. Pronto me acostumbré a esas sorprendentes, si bien breves interrupciones. Incluso ella estaba sorprendida de lo mucho que nuestra actividad sexual influía en sus niveles de glucosa, la cual con frecuencia la dejaba agotada y con la necesidad de una ingestión inmediata de hidratos de carbono. En cuanto a mí, descubrí que el sabor y el aroma que desprendía su piel, su saliva cuando nos besábamos, su sudor y otros humores sexuales eran excepcionalmente dulces, cosa que me excitaba de un modo que nunca antes había experimentado.
Mucho después me enteré de que un arqueólogo alemán, Georg Ebers, en 1872 descubrió que en un papiro del antiguo Egipto fechado en 1550 a.c. se describía un tratamiento para la "micción excesiva", mención que es considerada la primera referencia histórica de la diabetes. También leí que en la antigüedad los doctores hindúes fueron los primeros en darse cuenta de que las moscas y las hormigas se sentían atraídas por la orina dulce de los pacientes con esta enfermedad, por lo que le dieron el término de "orina de miel". Fue el médico inglés William Cullen quien en 1769 añadió el término 'mellitus' - miel en latín- al nombre de diabetes. Siete años más tarde, su colega Matthew Dobson comprobó que la sangre y la orina de las personas con diabetes contenía altos niveles de azúcar.
La diabetes, al igual que todas las enfermedades graves, convierte las más destacadas cuestiones filosóficas en preocupaciones de carácter íntimo. Mientras que la mayoría de nosotros funcionamos a niveles de vitalidad distintos según sea nuestro estado de ánimo, nuestras circunstancias, nuestro estado psicológico, y que varía según estemos contentos, deprimidos, tristes o angustiados, las personas con diabetes no pueden permitirse el lujo de ignorar o suspender las actividades más básicas ni siquiera por períodos de tiempo muy cortos. Deben comer regularmente, incluso cuando están deprimidos o simplemente inapetentes. No pueden permitir que ni la tristeza ni la alegría les distraiga de la dura realidad de padecer su enfermedad. A menudo, cuando tienen un episodio de hipoglucemia no son capaces de pensar con claridad porque su cerebro no dispone de glucosa suficiente para funcionar con normalidad. En medio de esa confusión mental muchas veces no se dan cuenta de lo que está sucediendo y no saben qué medidas tienen que tomar para salir adelante y sobrevivir.
Una extraña y en cierto modo inquietante consecuencia de esta vulnerabilidad, de este limitado pero real control que los diabéticos ejercen sobre sus funciones vitales, es que tienen al alcance de su mano, tan cerca como la jeringa en su bolsillo, los medios para poner fin para siempre a su relativo sufrimiento. Sé que M. es consciente de este hecho e imagino que también ha pasado por la mente de muchos otros diabéticos en más de una ocasión.

El amor es siempre una aventura, y en su sentido más profundo es el viaje y al mismo tiempo el destino. La diabetes, como tantas otras dolencias, no es estática sino dinámica; cambia y evoluciona tanto a nivel personal, dependiendo de las circunstancias particulares de aquellos que la padecen - donde viven, qué edad tienen, de qué medios disponen para su tratamiento - como a nivel histórico, a medida que se avanza en el descubrimiento de sus mecanismos y métodos de tratamiento. Parecería que nos encontramos a las puertas de grandes avances en ese sentido, tanto para comprender los orígenes genéticos de la enfermedad como para descubrir nuevos tratamientos. Mientras tanto, para aquellos de nosotros que sólo torpemente y en cierto modo ignorantes, acompañamos a quienes sufren la enfermedad, el amor tiene que guiar tanto nuestra comprensión como su coraje.



sábado, 22 de enero de 2011

DIABETES Y SEXO


La salud en su relación con la sexualidad integra cuestiones de bienestar orgánico, psíquico, social y, por supuesto, sexual. Son, por tanto, amplios y cotidianos los problemas que afectan a la sexualidad, pero por lo general se miran de soslayo y no son tenidos en cuenta. En las habituales relaciones del médico con los pacientes, la sexualidad suele ser un tema tabú que no se aborda y sobre el que no se suele consultar por propia iniciativa. Sin embargo, numerosos estudios demuestran una clara relación entre calidad de vida y vida sexual satisfactoria. En algunos, incluso se asocia esta última a una mayor longevidad. En consecuencia, es cada vez más habitual que el personal sanitario se conciencie de lo importante que es abordar las cuestiones sexuales con los pacientes en su consulta, dada la alta frecuencia de trastornos, fácilmente curables, que repercuten en la calidad de vida. Una calidad que mejorará si se logra terminar con la escisión habitual entre sexo y salud, algo que lleva a que muchas personas con trastornos sexuales no reconozcan su relación con alguna enfermedad que pudieran padecer. La persona que sufre hipertensión o que tiene diabetes y presenta capítulos de problemas sexuales puede no ser consciente de que están directamente relacionados con su enfermedad, tal vez con la dieta poco saludable que lleva, o de que esos problemas son consecuencia de los fármacos que ingiere.
De hecho, para que el ciclo de la respuesta sexual se desarrolle de manera satisfactoria, tanto en la mujer como en el hombre, es esencial la adecuada irrigación sanguínea de las zonas genitales y de los órganos y sistemas implicados. Cualquier enfermedad que afecte a los vasos comprometerá también el rendimiento erótico.
Los mecanismos por los que una enfermedad puede menoscabar la vida sexual son numerosos y conviene conocerlos. Están reconocidos como factores de riesgo la diabetes, hipertensión, dislipemias (elevación de los niveles en sangre del colesterol o los triglicéridos), estrés, una vida sedentaria, obesidad, tabaquismo y la toma abusiva de sustancias como alcohol, drogas, etc.
La diabetes es una alteración del metabolismo de los hidratos de carbono que se caracteriza por un aumento excesivo de la glucosa en sangre.
Existen dos tipos de diabetes, la diabetes Tipo I, que suele presentarse de manera brusca, en personas jóvenes y requiere tratamiento con insulina, y la diabetes Tipo II, que comienza de manera insidiosa, con pocos síntomas, habitualmente en personas mayores de 35 años y que suele tratarse con fármacos orales.
La diabetes Tipo II está muy relacionada con la obesidad y es más frecuente que provoque trastornos circulatorias, sobre todo cerebrales y cardíacas. También suelen asociarse en mayor medida a otras enfermedades como hipertensión y dislipemia (colesterol alto).
La diabetes, en cualquiera de su dos tipos, produce, dentro de los 10 primeros años de su diagnóstico, disfunción sexual en aproximadamente la mitad de los pacientes y según avanza la enfermedad la cifra aumenta. Los trastornos sexuales afectan sobre todo a la fase de excitación y provocan dificultades de excitación y de lubricación en la mujer, y disfunción eréctil en el hombre. Esta afectación de la excitación sexual en las personas con diabetes es más progresiva y grave que la que ocurre con otras enfermedades, y a lo largo de su evolución se le asocian trastornos de deseo y también en el orgasmo. A la acción negativa de la diabetes sobre la función sexual se suma la de otras enfermedades que suelen ser simultáneas como hipertensión, colesterol alto e incluso la toma de algunos medicamentos.
La diabetes, sobre todo la Tipo II, lleva asociada en muchas ocasiones problemas sexuales que deben ser tratados por un facultativo
La disfunción eréctil, mal llamada impotencia, consiste en la incapacidad para obtener o mantener una erección apropiada hasta el final de la actividad sexual. En el hombre con diabetes es muy frecuente y tiene su origen en los trastornos circulatorios y neuropáticos que la enfermedad provoca, y si no se trata médicamente, aumenta con la edad y los años de evolución de la enfermedad. Con el tiempo, la disfunción eréctil genera pérdida de confianza en la propia capacidad para alcanzar la erección, temor a fracasar e incomunicación con la pareja, que podrá malinterpretar algunas conductas (suele pensar que ha perdido atractivo o que hay otra persona de por medio) y es fácil que se produzca un grave conflicto. Todo ello tiende a perpetuar la disfunción eréctil y a que se asocien trastornos del deseo y del orgasmo si no se realiza un adecuado tratamiento. La diabetes agrava y acelera los trastornos vasculares en el pene típicos del varón que envejece.

En la mujer con diabetes se han comprobado los trastornos del deseo, las dificultades en la lubricación vaginal y la anorgasmia. La disminución o ausencia de la libido o del deseo puede tener un origen psicológico (relaciones insatisfactorias, ansiedad, sentimiento de inferioridad, vergüenza, baja autoestima), pero también a menudo está relacionada con la enfermedad, debido a que los altos niveles de glucosa pueden ocasionar cansancio intenso, lo que conlleva descenso del deseo. El problema sexual más frecuente son las dificultades para obtener una adecuada lubricación por afectación de la excitación asociada a una falta de expansión vaginal, lo que conduce a unas relaciones coitales irritables y dolorosas (dispareunia) y que suelen acarrear disminución del deseo e incluso rechazo a las relaciones sexuales. La anorgasmia o incapacidad para alcanzar el orgasmo la produce la falta de lubricación y el coito doloroso. Un factor añadido que multiplica el rechazo sexual es la frecuente aparición de infeccione s vaginales, propiciadas por los elevados niveles de glucosa, que provocan molestias (mal olor, picor, sensación de suciedad).
Los factores psicológicos sobre cómo se vive la diabetes y cómo se adapta la vida a la enfermedad afectan de manera significativa a la relación sexual. La diabetes puede tener repercusión en la autoestima y en la imagen personal, favorecer los sentimientos negativos de inseguridad, de ser diferente, de haber perdido atractivo y capacidad de seducción y miedo al rechazo. Todo esto favorece conductas que evitan la actividad sexual por miedo al contacto íntimo.
En algunas mujeres el temor a un embarazo no deseado, con todo lo que ello comporta (miedo a las posibles consecuencias sobre el feto y sobre la propia salud) provoca estados de ansiedad que propician el desinterés sexual y, si se lleva a efecto, a adoptar una actitud tensa que ahuyenta cualquier sensación placentera.
En la diabetes Tipo I los trastornos sexuales referidos aparecen de manera más tardía y son menos graves que en la diabetes Tipo II, entre otras razones porque el Tipo I suele asociarse en menor grado a enfermedades como hipertensión, dislipemia y trastornos circulatorios, que también menoscaban la función sexual.
En el tratamiento de los trastornos sexuales inducidos por la diabetes, el correcto seguimiento de la enfermedad de base ocupa un papel relevante. Es esencial cumplir de manera adecuada con la dieta, la toma regular de los fármacos que el médico aconseje (antidiabéticos orales o insulina), la práctica de ejercicio de manera regular y la corrección de los otros factores que pueden agravar la disfunción sexual (depresión, hipertensión arterial, colesterol alto, tabaquismo, vida sedentaria, alcoholismo, ingesta de algunos fármacos).
Los trastornos sexuales en las personas con diabetes pueden precisar una terapia sexual. Asimismo, pueden utilizarse fármacos específicos que, como en la disfunción eréctil o la sequedad vaginal, han demostrado su eficacia.

viernes, 21 de enero de 2011

¿SE PUEDE SER FELIZ A PESAR DE TENER DIABETES?


El ser feliz implica quererte a ti mismo, todos los días al levantarte y al acostarte, decir: Yo soy importante, yo valgo, soy capaz, soy inteligente, soy cariñoso(a), espero mucho de mí y no hay obstáculo que no pueda vencer. Debes poner en práctica todo lo que dices que eres. Es decir, si piensas que eres inteligente actúa inteligentemente; si piensas que eres capaz, haz lo que te propones; expresa tu cariño; si piensas que no hay obstáculos que no puedas vencer, entonces proponte metas en tu vida y lucha por ellas hasta lograrlas. No debes envidiar a nadie por lo que tiene o por lo que no tiene incluyendo la salud; logra tus metas. Recordemos que la felicidad no es lograr todo lo que se quiere, sino querer lo que se tiene. Ello nos ayudará a que la felicidad siempre esté de nuestro lado; claro está que no todos los días son iguales, muchas veces en nuestro camino hay cosas que nos pueden doler mucho, diariamente nos encontrarnos con muchos problemas por resolver que nos afectan, y muchos motivos más para que nuestro cielo se oscurezca un poco; pero si sabemos enfrentar todos los contratiempos nada nos puede quitar la felicidad.
Muchas veces nos decimos que la felicidad completa no existe, la felicidad se viven en aquellos pequeños trozos del tiempo en el cual nos sentimos enormemente dichosas con lo que hacemos y tenemos. Si en la vida, aun con todos sus contratiempos y dificultades, somos capaces de seguir siendo felices y dando, también recibiremos estas buenas vibras de aquellos que nos rodean.
Si somos capaces de disfrutar de las cosas pequeñas, como de un paseo, de mirar los árboles o del canto de un pájaro, nuestra vida será muy feliz; porque ser feliz también es una actitud ante la vida.

“Un diabetico que acepta cuidarse, vive tantos o más años que una persona sano que no se cuide”. Es más; la diabetes puede ser la oportunidad de tu vida para lograr despertarte del letargo mental en que te habías auto sumido y saborear mucho más de tu propia vida. Generalmente vamos por la vida y no reparamos en la salud que tenemos, pero al decirnos que somos diabéticos recibimos una sacudida tal que nos hace valorar lo que tenemos; nuestra propia vida. Ser feliz implica plegarse a las circunstancias, ajustarse a los cambios de cada época de tu vida, gozar las lides de la vida; y sentirse en armonía con el mundo.
Hay personas muy toxicas en nuestro alrededor que no aceptan la felicidad ni para ellos; a la menor oportunidad te atacan con reflexiones toxicas; muy negativas. Sabias que las sonrisas y carcajadas aunque sean fingidas el cerebro las registra como signo de estabilidad y produce endorfinas que provocan sensación de bienestar y combaten la depresión; mejor que cualquier pastilla antidepresiva. Sonríe las sonrisas aunque sean forzadas ayudan a ser feliz.

La diabetes requiere de disciplina en nuestra manera de vivir, autocuidados de 24hrs, los 365 de cada año; ejercicios diarios, cambiar nuestra manera de comer; analizando cada platillo, cada bocado de comida que introducimos a nuestro cuerpo. Todo ello provoca angustia y miedo y tendencia a deprimirse, disminuyendo tu autoestima, es por ello que una de las razones mas importantes por las cuales la diabetes se tiene que manejar en grupo de autoayuda para mejorar la autoestima y contribuya a sentirte tranquilo y feliz aceptando junto con otras personas que tienen el mismo estilo de vida; a aceptar dicha disciplina y ser feliz aun con esas diferencias. Por otra parte están los problemas económicos que se agudizan debido a los altos costos pero si los enfrentas en grupos te darás cuenta lo sencillo que resulta organizarte y buscar alterativas sobre cual seria la manera mas económica y simple de realizarte todos los estudios especializados que requieres y tomar los medicamentos mas adecuados según tu tipo de diabetes y tu grado de reserva pancreática. Todo ello se simplifica estando en un grupo de autoayuda. Además escucharas opiniones profesionales y retroalimentación positiva sobre tu estilo de vida.

Yo como especialista en diabetes te diré que lo que mas afecta a una persona con diabetes son las discusiones la incomprensión familiar; bueno hasta las tan comunes discusiones con los vecinos, problemas de los hijos, nietos esposas o esposos les afecta importantemente y les hace descontrolarse de su azúcar debido a su desventaja por su labilidad emocional y ello explica el porque de estar muy compensados un dia; al siguiente dia sus niveles de glucosa se vayan por encima de los 300mg; eso se debe a que la liberación de catecolamina; hormonas del estrés aumentan y dejas de responder a los tratamientos y cuidados cotidianos que anteriormente le funcionaban muy bien y ahora repentinamente y sin causa aparente ; ya no son efectivos; a grado tal que requiere entonces la ayuda profesional para volver a recuperar su autocontrol.
Nuestra felicidad no es algo que debemos dejar a que los demás lo decidan y nos lo digan. Sin embargo es ahí donde los familiares también pueden participar aprendiendo a convivir con personas de estilo de vida diabética; ya que estas personas mas que regaños o consejos de cómo cuidarse; requieren de comprensión, cariño y apoyo; los cuidados los debemos dejar a la misma persona y si ellos siente que sus familiares con los que convive diariamente la persona diabética les tienen confianza y los sienten seguros de su cariño y capaces de auto cuidarse es mas fácil lograr lograr su estabilización y mantener la felicidad.

martes, 18 de enero de 2011

Ayude a su niño a controlar la diabetes en la escuela



Haga un plan para ayudar a su
niño a controlar la diabetes en la
escuela. Primero reúnase con el
personal de la escuela y asegúrese
de que su niño tiene los
suministros necesarios para el
control rutinario de la diabetes y
para emergencias relacionadas
con la glucosa en la sangre.

Lo más probable es que ya compró los útiles escolares básicos para el regreso a la escuela.
Pero si su niño tiene diabetes, necesita preparar cosas adicionales.
Una persona con diabetes debe controlar esta enfermedad crónica todo el tiempo, incluso durante el horario escolar. El personal de la escuela como enfermeras, maestros yentrenadores pueden asistirlos a usted y a su niño en el control de la diabetes. Esta asistencia puede incluir ayudar a que su niño se aplique la insulina y se revise los niveles deglucosa (azúcar) en la sangre.

lunes, 17 de enero de 2011

PREVENIR LA DIABETES.



Remedios populares y tradicionales:3 acciones eficaces para reducir el riesgo de diabetes
víDa Vida Sana – Dieta, ejercicios, salud y bienestar para vivir saludable
Noviembre fue considerado el Mes de la Diabetes por la Asociación Americana de Diabetes. Pensarás que noviembre ya se acabó y quizás es un poco tarde para hacer mención a este tema. Pues, en realidad nunca es tarde para prevenir la diabetes… repito, nunca será demasiado tarde para “prevenir” y es por eso que debemos hacer un esfuerzo por ayudarnos a nosotros mismos y a los demás a luchar contra esta epidemia del siglo XXI.

Lo primero que debemos tener en mente es que la diabetes se puede prevenir. No importa el historial que tenga tu familia, puedes reducir su riesgo enormemente con 3 acciones muy sencillas pero eficaces:

1. Bajar de peso si es necesario. Tener sobrepeso es un factor de riesgo para desarrollar diabetes y el cual puedes controlar. Perder hasta un 10% de tu peso corporal reducirá drásticamente el riesgo de desarrollar diabetes.
Medicina natural para curar dolencias y enfermedades con emedios populares, caseros y tradicionales.
2. Moverse. El ejercicio regular mejora la función de la insulina, ayuda a mantener un peso saludable y reduce el riesgo de diabetes. Puedes comenzar con algo tan simple como caminar a paso ligero durante 30 minutos todos los días.
3. Comer una dieta baja en contenido glucémico. Una dieta rica en alimentos y bebidas azucaradas y carbohidratos refinados aumenta el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 por el exceso de trabajo de los receptores de insulina y el páncreas. Sustituye los dulces y almidones por frutas y vegetales, alimentos ricos en proteínas, legumbres, granos enteros y grasas saludables y tu riesgo de diabetes se desplomará.
Nunca es demasiado tarde para prevenir la diabetes tipo 2… Y si ya tienes diabetes tipo 2, las mismas cosas que ayudan a prevenirla te pueden ayudar a tratarla e incluso revertir la enfermedad.

domingo, 16 de enero de 2011

Testimonio de Diabetes

Diabetes es más mortal que el sida en los países pobres

GINEBRA.- La diabetes, que cada año mata a 3,2 millones de personas en el mundo, es más letal que el sida y se está convirtiendo en una "epidemia silenciosa" que se cierne peligrosamente sobre los países pobres, alertó ayer la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Actualmente, hay 171 millones de diabéticos en el mundo, cifra que podría aumentar en un 150% para 2030 si el conjunto de la población no cambia los hábitos de vida que conducen al sobrepeso y a la obesidad.
El riesgo de que la diabetes se convierta en epidemia es real, sobre todo "en sectores desfavorecidos", debido a la creciente urbanización y al consumo de alimentos baratos e insanos.
Se aseguró que la diabetes se está extendiendo de manera alarmante en los países pobres.
El incremento más dramático de casos es en Asia, especialmente en China e India, pero la situación se agrava rápidamente en Africa y América Latina, donde 13,3 millones de personas sufren de diabetes. (EFE)

jueves, 13 de enero de 2011

¿VENTAJAS DE LA DIABETES?



El título arremete con el principio básico de que ninguna enfermedad tiene ventajas.

La verdad es que la diabetes tiene las suyas. Si os paráis a pensar os daréis cuenta que la primera gran ventaja es aprender a estar sanos. Pasamos de una vida sedentaria y de una alimentación sin control, en la mayoría de los casos, a una dieta y equilibrada, acompañada de ejercicio físico.
Pero nuestra amiga Dulcinea no se queda ahí. Relacionado con esta ventaja nos llega un mejor conocimiento acerca de nuestro cuerpo. Y de paso aprendemos algo de medicina xD.

Otras ventajas que he oído por ahí, y ya en referencia al money money, es que si el Estado admite que la diabetes dificulta tu trabajo y día a día, podrían descontarte algunos impuestos. Se supone que tienen que considerarlo una minusvalía, aunque en realidad no fuera así. Pero si te conviertes en una carga para el gobierno, el gobierno tiene un motivo más para ayudar en la cura contra la diabetes.

Ya por último una ventaja un tanto visionaria es que considero que los que padecemos diabetes somos el referente del futuro xD. Sí sí, en el futuro todo el mundo se inyectará algo por la mañana antes de irse a trabajar, pero nosotros lo estamos haciendo desde ya. ¡SOMOS LA EVOLUCIÓN!

Y nada más, hasta aquí mi primer y extraño post. Me gustaría que comentaran algunas ventajas que le vean a la diabetes en el terreno de lo personal. Por ejemplo: "Me ayudó a darme cuenta de cuánto me quería mi novia"

lunes, 10 de enero de 2011

Hasta que la muerte nos separe



La Diabetes es una enfermedad crónica, que está aumentando últimamente.

Los factores que tienen que ver con el aumento de esta enfermedad son el sobrepeso y la obesidad que cada día van en aumento, la vida sedentaria, los malos hábitos de alimentación, pero sobre todo la escasa información que hay sobre el problema.

Las personas no toman conciencia que más allá del simple hecho de una glucosa elevada, están las complicaciones que surgen como consecuencia de ésta.

Muchas personas le temen al infarto de miocardio (ataque al corazón) que pueden sufrir y que los puede matar al instante, sin embargo, no tienen en cuenta los infartos cerebrales. Los famosos “derrames cerebrales” la mayor parte de las veces no matan en el momento pero afectan la calidad de vida de la persona. Los pacientes quedan hemipléjicos o parapléjicos (paralíticos) y dependiendo de otras personas para su cuidado personal, y la mayor parte de las veces pierden también sus capacidades intelectuales.

Otro de los problemas que ocurre al afectar la Diabetes al cerebro es la Demencia Vascular por Diabetes, sin mencionar que los pacientes con diabetes tienen mayor riesgo de desarrollar enfermedad de Alzheimer.

Las amputaciones también son complicaciones frecuentes que vuelven inválidas a las personas con Diabetes.

Una complicación muy frecuente, y tal vez la que afecta al 99.99% de los pacientes diabéticos, es el dolor sin embargo pasa desapercibido. Siempre asociamos el dolor crónico con cáncer, pero nadie habla del dolor que produce la diabetes, es más, el dolor producido por el cáncer se puede manejar con fármacos opiodes, pero el dolor producido por la neuropatía diabética hasta ahora no tiene una solución definitiva.

Otras complicaciones cuentan las de los ojos, riñones, estómago, intestino, vasculares, etc.

Si bien es cierto que todo paciente diabético llegará a hacer una o más complicaciones por diabetes, lo interesante es que el tiempo en el que las desarrolle, lo decide el paciente.

La clave para evitar las complicaciones es mantener la glucosa en los niveles normales, y para lograrlo es necesario reordenar la vida.

domingo, 9 de enero de 2011

LO QUE DEBEMOS Y NO DEBEMOS COMER LOS DIABÉTICOS

La dieta de los diabéticos
Recomendaciones dietéticas para la diabetes

La dieta de los diabéticos debe ser equilibrada, exenta de azúcar, con un alto aporte de fibra y carbohidratos y un bajo contenido en grasa.


No es recomendable darse la gran comilona una o dos veces al día. Es preferible repartir entre 5 y 6 tomas diarias la ingestión de comida. Antes de enumerar y clasificar los alimentos que pueden o no pueden tomar las personas que padecen diabetes, no está de más recordar que la sal debe ser usada con moderación, no se debe tomar más de una copa de vino al día y hay que evitar, en la medida de lo posible, las bebidas refrescantes que contengan azúcar.

ALIMENTOS ACONSEJADOS

1. Leche y derivados:
- Leche descremada.
- Quesos frescos y magros.
-Yogur y requesones elaborados con todo tipo de leche.

2. Carnes y embutidos:
- Pollo, ternera, vaca.
- Jamón serrano y jamón York, magros.

- 3. Pescados y mariscos:
- Pescados magros como la merluza, la pescadilla, el gallo, el lenguado, la dorada, la trucha o el mero.

4. Huevos:
- de gallina y de oca.

5. Pan y cereales:
- Arroz en escasa cantidad.

6. Verduras y hortalizas:
- Todo tipo de verduras: judías verdes, acelgas, espinacas, zanahorias, etc.
- Frutas frescas: pera, manzana, naranja, ciruela, melocotón, melón, sandía.

7. Grasas:
- Grasas vegetales: aceite de oliva, el maíz, girasol, margarinas vegetales.

8. Salsas:
- Todas las que tienen bajo contenido en grasas.

ALIMENTOS PERMITIDOS

1. Leche y derivados:
- Leche entera y quesos fundidos semigrasos.

2. Carnes y embutidos:
- Carne de cerdo y cordero.
- Vísceras: menudillos, hígados, riñones, etc.

3. Pescados y mariscos:
- Pescado grasos: sardina, boquerón, atún, caballa.
- Calamar, pulpo.
- Almejas, chirlas, mejillones, navajas, ostras, etc.
- Gambas, cigalas, langostas, etc.

4. Pan y cereales:
- Pan integral, y pan de gluten.
- Pastas alimenticias: macarrones, tallarines, canelones, codillos…
- Pasta para sopa como las estrellitas o los fideos.
- Bizcocho.
- Galletas María.

5. Verduras y hortalizas:
- Legumbres: judías blancas y pintas, lentejas, garbanzos…
- Patatas pero en poca cantidad.
- Higos frescos.

6. Grasas:
- Margarina en pequeña cantidad.
- Mantequilla en pequeña cantidad.

- 7. Bebidas:
- Vinos de mesa en escasa cantidad.
- Bebidas refrescantes preparadas con edulcorantes artificiales.

8. Condimentos:
- Todos: vinagre, mostaza, limón.

ALIMENTOS PROHIBIDOS

1. Leche y derivados:
- Leche condensada.
- Quesos grasos y extragrasos, de pasta dura y fermentados.
-Nata de cualquier tipo de leche.

2. Carnes y embutidos:
-Embutidos muy grasos como el salchichón, el chorizo, la mortadela, etc.

3. Pescados:
- Pescados grasos ahumados.

4. Cereales y derivados:
- Bizcochos en general.
-Bollería en general, como los suizos, croissants, ensaimadas…
- Galletas.

5. Frutas y hortalizas:
- Remolacha.
- Uvas y plátanos.
-Frutas secas como las pasas, las ciruelas pasas, los orejones, los higos secos.

6. Grasas:
- Manteca de cerdo, sebo y, en general, todas las grasas animales.

7. Azúcares y derivados:
- Todos: azúcar, miel, chocolate, cacao…

8. Bebidas:
-Todo tipo de bebidas con alta graduación alcohólica como el coñac, la ginebra, el anís, la sidra, etc.
-Todo tipo de bebidas refrescantes edulcoradas con azúcar.

9. Salsas:
- Las que llevan harina, como la bechamel.

Si trabajas y no tienes tiempo para pensar cómo combinar los alimentos que aquí te recomendamos, puedes acceder a nuestros menús para diabéticos, ideados para hacerte la vida mucho más fácil.

sábado, 8 de enero de 2011

QUÉ COMER Y QUÉ NO

La dieta de los diabéticos
Recomendaciones dietéticas para la diabetes

La dieta de los diabéticos debe ser equilibrada, exenta de azúcar, con un alto aporte de fibra y carbohidratos y un bajo contenido en grasa.


No es recomendable darse la gran comilona una o dos veces al día. Es preferible repartir entre 5 y 6 tomas diarias la ingestión de comida. Antes de enumerar y clasificar los alimentos que pueden o no pueden tomar las personas que padecen diabetes, no está de más recordar que la sal debe ser usada con moderación, no se debe tomar más de una copa de vino al día y hay que evitar, en la medida de lo posible, las bebidas refrescantes que contengan azúcar.

ALIMENTOS ACONSEJADOS

1. Leche y derivados:
- Leche descremada.
- Quesos frescos y magros.
-Yogur y requesones elaborados con todo tipo de leche.

2. Carnes y embutidos:
- Pollo, ternera, vaca.
- Jamón serrano y jamón York, magros.

- 3. Pescados y mariscos:
- Pescados magros como la merluza, la pescadilla, el gallo, el lenguado, la dorada, la trucha o el mero.

4. Huevos:
- de gallina y de oca.

5. Pan y cereales:
- Arroz en escasa cantidad.

6. Verduras y hortalizas:
- Todo tipo de verduras: judías verdes, acelgas, espinacas, zanahorias, etc.
- Frutas frescas: pera, manzana, naranja, ciruela, melocotón, melón, sandía.

7. Grasas:
- Grasas vegetales: aceite de oliva, el maíz, girasol, margarinas vegetales.

8. Salsas:
- Todas las que tienen bajo contenido en grasas.

ALIMENTOS PERMITIDOS

1. Leche y derivados:
- Leche entera y quesos fundidos semigrasos.

2. Carnes y embutidos:
- Carne de cerdo y cordero.
- Vísceras: menudillos, hígados, riñones, etc.

3. Pescados y mariscos:
- Pescado grasos: sardina, boquerón, atún, caballa.
- Calamar, pulpo.
- Almejas, chirlas, mejillones, navajas, ostras, etc.
- Gambas, cigalas, langostas, etc.

4. Pan y cereales:
- Pan integral, y pan de gluten.
- Pastas alimenticias: macarrones, tallarines, canelones, codillos…
- Pasta para sopa como las estrellitas o los fideos.
- Bizcocho.
- Galletas María.

5. Verduras y hortalizas:
- Legumbres: judías blancas y pintas, lentejas, garbanzos…
- Patatas pero en poca cantidad.
- Higos frescos.

6. Grasas:
- Margarina en pequeña cantidad.
- Mantequilla en pequeña cantidad.

- 7. Bebidas:
- Vinos de mesa en escasa cantidad.
- Bebidas refrescantes preparadas con edulcorantes artificiales.

8. Condimentos:
- Todos: vinagre, mostaza, limón.

ALIMENTOS PROHIBIDOS

1. Leche y derivados:
- Leche condensada.
- Quesos grasos y extragrasos, de pasta dura y fermentados.
-Nata de cualquier tipo de leche.

2. Carnes y embutidos:
-Embutidos muy grasos como el salchichón, el chorizo, la mortadela, etc.

3. Pescados:
- Pescados grasos ahumados.

4. Cereales y derivados:
- Bizcochos en general.
-Bollería en general, como los suizos, croissants, ensaimadas…
- Galletas.

5. Frutas y hortalizas:
- Remolacha.
- Uvas y plátanos.
-Frutas secas como las pasas, las ciruelas pasas, los orejones, los higos secos.

6. Grasas:
- Manteca de cerdo, sebo y, en general, todas las grasas animales.

7. Azúcares y derivados:
- Todos: azúcar, miel, chocolate, cacao…

8. Bebidas:
-Todo tipo de bebidas con alta graduación alcohólica como el coñac, la ginebra, el anís, la sidra, etc.
-Todo tipo de bebidas refrescantes edulcoradas con azúcar.

9. Salsas:
- Las que llevan harina, como la bechamel.

Si trabajas y no tienes tiempo para pensar cómo combinar los alimentos que aquí te recomendamos, puedes acceder a nuestros menús para diabéticos, ideados para hacerte la vida mucho más fácil.

viernes, 7 de enero de 2011

Ciencia y Felicidad, dos aliados para el tratamiento integral del paciente diabético



En el marco del XXI Congreso de la Sociedad Española de Diabetes que se ha celebrado en Barcelona del 15 al 17 de abril, Novartis ha organizado un encuentro científico en el que varios expertos discutieron los últimos avances en el tratamiento de la diabetes tipo 2 (DM2) y sus opciones terapéuticas. El evento se ha centrado en el valor añadido de la terapia basada en incretinas y la utilización de vildagliptina en el manejo del paciente con DM2, así como en el abordaje integral del paciente analizando la ciencia y la felicidad entendidas como dos aliadas en este tipo de patologías.
El Dr. Ignacio Conget del Servicio de Endocrinología y Diabetes del Hospital Clínic y Universitario de Barcelona ha moderado el encuentro donde expertos de referencia internacional como el Profesor Stefano del Prato junto a reconocidos escritores y divulgadores científicos como Eduardo Punset y Alex Rovira aportaron nuevas ideas y prácticas en el manejo de los pacientes con diabetes.
La vildagliptina es un fármaco de la familia de la DPP-4 que actúa sobre la disfunción de los islotes pancreáticos que causan valores elevados de azúcar en la sangre y restaura la capacidad natural del organismo para aumentar la insulina y disminuir el glucagón (las dos hormonas principales que controlan la concentración de azúcar en la sangre).
El novedoso mecanismo de acción de la vildagliptina, añadido a su perfil de seguridad cardiovascular favorable1 y su tolerabilidad en pacientes con insuficiencia renal leve/moderada2, abre excelentes expectativas para el tratamiento de esta patología que afecta a más de 53 millones de personas en toda Europa.
En palabras del Dr. Conget, "los inhibidores de la enzima DPP-4 representan a día de hoy una de las alternativas terapéuticas más prometedoras dentro de los antidiabéticos orales, considerándose fármacos eficaces, bien tolerados y con un perfil de efectos adversos muy favorable". Además, añadió que, "su uso no se asocia a hipoglucemia, tiene un efecto neutro sobre el peso corporal, su posología es sencilla, no precisa titulación de la dosis y, finalmente, no requiere el uso de la monitorización de la glucemia capilar".
"Cuanto antes consigamos mantener las cifras de glucemia en los niveles deseados, mejor. Y si la forma de conseguirlo no se asocia a efectos secundarios, doblemente mejor", afirmó el Dr. Conget. Por otra parte, añadió que "los retos del tratamiento de cualquier enfermedad crónica en general y de la DM2 en particular, son múltiples. El mayor de ellos es conseguir a largo plazo prevenir las complicaciones asociadas de una manera eficaz y segura, sin mermar la calidad de vida de los pacientes".


Publicado el 19 abril 2010 por Fat
--Beneficios terapéuticos de la felicidad
En la segunda parte del Simposio, los escritores y divulgadores científicos Eduardo Punset y Alex Rovira han participado en una discusión sobre los beneficios terapéuticos de un estado emocional positivo a la hora de enfrentarse a una dolencia crónica como es la diabetes.
En este sentido, Eduardo Punset ha hablado sobre la felicidad desde la perspectiva del paciente crónico repasando los fundamentos científicos y sus condicionantes: las emociones, el estrés, los flujos hormonales, el envejecimiento, los factores sociales, económicos, culturales y religiosos.
También, ha dedicado parte de su intervención a tratar la relevancia que ha experimentado el estudio de las emociones desde una perspectiva científica, sobre todo, en el ámbito médico. En palabras de Punset, "cada vez están más lejos los viejos conceptos cartesianos de una mente y un cuerpo separados, para dar paso al fascinante estudio del sistema límbico como sede de la vida emocional humana".
Por su parte, Alex Rovira, ha centrado su ponencia en la idea de que todos tenemos plena libertad para elegir sobre nuestra felicidad. De este modo, siguiendo el pensamiento de Victor Frankle, Rovira ha defendido que "son las pequeñas cosas como enfocar la vida desde la responsabilidad o cultivar los afectos, las que nos permiten encontrar el sentido de la vida y en consecuencia la felicidad".