martes, 7 de septiembre de 2010

LA MEMORIA DE LOS DIABÉTICOS



Mucho se ha enfatizado acerca de la importancia de no considerar a la diabetes solamente como un problema de "azúcar alto en la sangre", como tiende a simplificarse en ciertos ámbitos.

Muy por el contrario, la diabetes debe ser considerada como una afección que, con un origen primariamente metabólico, puede expresarse por alteraciones a nivel de la circulación sanguínea y el sistema nervioso. Como todos los sectores del organismo y todas las funciones biológicas dependen del funcionamiento y del estado de esos 2 sistemas (circulatorio y nervioso), se comprenden mejor ciertas asociaciones que se describen como más frecuentes en personas con diabetes mellitus.

Es el caso también, según fuera publicado muy recientemente en la prestigiosa revista médica Neurology, con las funciones de la memoria otras condiciones relacionadas con el rendimiento intelectual.

Cambios en la memoria vinculados a la diabetes

En efecto, en la publicación de agosto de 2004 de la revista especializada en Neurología se afirma que la diabetes y la prediabetes (Prediabetes: una señal de alerta) podrían acelerar los efectos del envejecimiento sobre funciones cerebrales como la memoria y otras condiciones vinculadas al rendimiento intelectual. En esta publicación, un grupo de expertos liderados por el Dr. K. Yaffe evaluaron la información proveniente de integrantes de un estudio sobre drogas empleadas para el tratamiento de la osteoporosis, que incluyó a 7.027 mujeres premenopáusicas. De esta investigación, los autores obtuvieron los datos necesarios para establecer una eventual relación entre la diabetes y la prediabetes y la declinación de funciones mentales. Se valieron de una muestra extraída de entre todas las participantes, la cual estuvo compuesta por 267 diabéticas y 297 mujeres con prediabetes. Tanto a éstas como a las mujeres que no presentaban ninguno de estos trastornos metabólicos, se les practicaron pruebas para evaluar la memoria al inicio de la investigación principal. En este primer examen, se constató que los puntajes de las pruebas mencionadas eran inferiores entre las portadoras de diabetes o prediabetes, en relación con aquellas mujeres sin estas afecciones.


Más adelante, cuando ya se habían cumplido los 4 años del estudio inicial, se reiteraron las pruebas y se constató que entre las diabéticas y prediabéticas el deterioro de las funciones de la memoria era mayor que entre las no diabéticas. El grado de deterioro en las funciones intelectuales, destacan los autores, se correlacionó de manera directa con el nivel de control glucémico que estas pacientes experimentaron a lo largo del período consignado.
Entre las hipótesis que los especialistas plantean para explicar las diferencias en la evolución de las capacidades intelectuales, surge la vinculada a la posible intervención de complicaciones crónicas de la diabetes (mayor frecuencia de compromiso renal, hipertensión arterial, accidentes cerebrovasculares, etc.) que constituyen causas conocidas de deterioro del rendimiento intelectual en mujeres mayores

Para reflexionar sin temores

La primera lectura de esta noticia podría llevar inquietud a muchas pacientes diabéticas y sus familias. Sin embargo, es necesario hacer un análisis cuidadoso de esa información (como de otras que pueden aparecer como muy espectaculares). Los autores señalan con mucha precisión que el nivel de desgaste intelectual o reducción de las funciones de la memoria, se vincula, en su investigación, con el grado de control glucémico. De modo que en todo caso, estos hallazgo no hacen más que reafirmar un hecho que todos los diabéticos y allegados conocen o deben conocer: la importancia de un buen control metabólico para prevenir o retardar la aparición de complicaciones; en este caso, se alude a las alteraciones de tipo cognitivo o intelectual. Para explicarlo en términos más simples: un diabético que descuida el control de su enfermedad tiene un riesgo mayor de ver afectadas sus distintas funciones, desde las intelectuales (lo cual perturba, con razón, a muchas personas) a las "orgánicas", como la visión, la función cardíaca y la renal.
Por lo contrario, un buen control de la diabetes, que incluye las consultas médicas periódicas y el control de la presión arterial y el nivel de lípidos sanguíneos, actuaría como factor preventivo de esos daños. Del mismo modo, el tratamiento de la diabetes y otras situaciones asociadas, a través del cumplimiento de la dieta, del ejercicio físico y del plan de medicamentos indicado por el médico, constituye la mejor "vacuna" contra estas y otras eventuales complicaciones.

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