martes, 22 de enero de 2013

¿LOS DIABÉTICOS ESTAMOS LOCOS?


¿LOS DIABÉTICOS ESTAMOS LOCOS?

Actualmente, las enfermedades de tipo crónico se han vuelto un problema de salud pública debido al alto costo que representa para los sistemas de gobierno su tratamiento y prevención de las complicaciones

Esto sucede con la diabetes, que desde los años cuarenta se encontraba dentro de las primeras veinte causas de mortalidad, llegando en el año 2000 a ser la primera causa de muerte en mujeres y la segunda en hombres, después de la cardiopatía isquémica, la cual, en muchas ocasiones, es resultante de la diabetes misma. En el 2003 la diabetes representó aproximadamente el 12.6 % de las muertes ocurridas en nuestro país con una edad promedio en los pacientes de 66 años.

Se ha estimado que para el primer cuarto de este siglo habrá doce millones de habitantes con diabetes en México, convirtiéndose en el principal problema de salud pública, siendo la obesidad uno de los factores de riesgo más importantes.

El tipo de diabetes que afecta a la mayor cantidad de personas en nuestro país es la conocida como tipo 2, enfermedad que la padece un 90% de los pacientes. Las personas que presentan este tipo de padecimiento, presentan una resistencia a la insulina y en forma contigua una deficiencia en su producción, la cual puede ser absoluta o relativa. La edad promedio de los pacientes que la presentan está por arriba de los 30 años, en la mayoría de los casos son obesos y presentan pocos síntomas de la enfermedad.

Existe un gran número de factores de riesgo asociados a la diabetes mellitus tipo 2 (DM2), siendo la obesidad uno de los principales desencadenantes de esta enfermedad. La obesidad está presente en la mayoría de los pacientes diabéticos y es la causa principal de muchas de sus complicaciones, como es el caso de la dislipidemia, la cardiopatía coronaria, los accidentes vasculares y la hipertensión. Incluso los problemas de úlceras en el pie tienen menor probabilidad de curación si el paciente presenta obesidad.

La obesidad está estrechamente relacionada con la dieta ya que existe un gran problema de desapego a las modificaciones de los hábitos recomendados para el control de la enfermedad. La importancia de seguir una dieta sana en los pacientes con diabetes mellitus tipo 2 es importante no sólo por el hecho de disminuir la obesidad misma, sino que permite el adecuado control metabólico de la enfermedad y disminuye el consumo de medicamentos utilizados pata tratarla, incrementando así la calidad de vida del paciente.

La disminución del peso corporal a base de dietas bajas en calorías ha dado buenos resultados en el control glucémico de los pacientes. El problema con este tipo de tratamiento es que sólo es informativo y no desarrolla en el paciente las competencias necesarias para tener un control adecuado de la ingesta de alimentos, lo que hace que pierda rápidamente la voluntad y suba de nuevo de peso.

Estos resultados han propuesto un replanteamiento y diseño de programas educativos que tienen como propósito modificar los hábitos y conductas alimenticias de manera significativa y permanente.

La atención psicológica mejora la vida de una persona diabética

Existe entre los pacientes diabéticos una buena comprensión y conocimiento de lo que deben ser sus hábitos alimenticios, sin embargo hay un bajo nivel de apego a los mismos, por lo tanto, no es suficiente proporcionar la información, sino también es necesaria la concientización entre los pacientes. Es importante que las personas diabéticas tengan la información y la voluntad necesaria para saber como manejar esta enfermedad.

Es justo en este punto donde la psicología tiene mucho que hacer. La psicología en la salud ha incursionado en varios aspectos de esta enfermedad, de hecho se ha realizado una revisión de las principales intervenciones conductuales y psicosociales vinculadas con la diabetes. De esta forma se ha dividido dichas interveniones en dos:

a) Intervenciones de autocuidado. Son aquellas que incluyen temas como la aceptación del régimen y la adherencia a éste.

b) Intervenciones emocionales. Son aquellas donde se trata la relación existente entre diabetes y estrés; y diabetes y depresión.

El papel de la psicología en el tratamiento de la obesidad, ha permitido la realización de diversos estudios que en varios casos no han dado resultados satisfactorios, sin embargo “El modelo Psicológico de la Salud Biológica” , especifica aquellos factores conductuales pertinentes a la salud/enfermedad que no solamente sirven como una guía para la acción e intervención en la prevención, rehabilitación y curación de las enfermedades, sino también para entender la relación de diversos elementos psicológicos que participan en ellas.

El modelo psicológico de la salud biológica se presenta en dos etapas, la primera de proceso y la segunda de resultantes. El proceso psicológico de la salud se rastrea desde la historia de cada individuo y se relaciona con aspectos biológicos afectando a las competencias presentes. Esta relación lleva a la etapa de resultantes, en la cual se identifican a nivel psicológico las conductas instrumentales, que son acciones concretas relacionadas con la salud.

Partiendo de ésto y de la posibilidad de aplicar el método en el tratamiento de la diabetesmellitus tipo 2, se debe considerar que cuando una persona le es diagnosticada diabetes, el papel del psicólogo es importante para evitar la práctica de conductas de riesgo y para fomentar la adherencia terapéutica y de conductas asociadas a la enfermedad.

La psicología ayuda a que el paciente tenga la voluntad de afrontar emocionalmente la diabetes, mejorando así su calidad de vida

Otorgarle a los pacientes este tipo de competencias desde un punto de vista psicológico, implica incorporar conocimiento a sus prácticas cotidianas. Como en el caso de la prevención primaria, es importante que tenga conocimiento sobre su padecimiento y todo lo relacionado a él; sin embargo, cuando se habla de otorgar información, no es sólo el acto de recibir y dar información, ya que la información sino se vincula a una práctica efectiva, no producirá algún cambio significativo en el comportamiento futuro del individuo.

Las competencias que se establezcan, generarán conductas preventivas, las cuales consisten en acciones concretas de las personas que directa o indirectamente, disminuyen o aumentan la probabilidad de que contraigan una enfermedad, empeoren un estado patológico existente, reduzcan una enfermedad o coadyuven a la detención de su evolución.

¿Qué competencias desarrolla la psicología en la persona diabética?

La psicología ayuda a desarrollar cinco formas de competencias que configuran conductas instrumentales preventivas eficaces, que derivan en los siguientes tipos de saber hacer:

1. Saber qué tiene que hacerse, en qué circunstancias tiene que hacerse, cómo decirlo y cómo reconocerlo, es decir, tiene que ver con conocimientos sobre la enfermedad: qué es la diabetes, cómo se manifiesta, cómo se contrae y cómo se trata.

2. Saber cómo hacerlo, haberlo hecho antes, o haberlo practicado. Debe aprender a identificar cuales son sus conductas de riesgo.

3. Saber por qué tiene que hacerse o no (sus efectos), y reconocer si se tiende o no a hacerlo, se relaciona con las razones por las que el paciente debe tener apego al tratamiento. Debe saber que una diabetes no controlada provoca daños irreversibles en riñón, genera la condición de pie diabético, daños en los ojos que pueden llegar a la ceguera, diversas neuropatías y problemas en el corazón.

4. Saber cómo reconocer la oportunidad de hacerlo y no hacerlo, debe reconocer aquellas situaciones que aumentan la probabilidad de que la persona se alimente inadecuadamente. Aquí, el conocimiento debe acompañarse del entrenamiento en habilidades específicas que permitan al paciente reconocer el contexto en el que come, así como identificar aquellos factores del ambiente que hacen más probable que se alimente de forma inadecuada.

5. Saber hacer otras cosas en dicha circunstancia, o saber hacer lo mismo de otra manera, tener formas alternativas de comportamiento en aquellas situaciones que hacen más probable incurrir en prácticas no saludables. Ello se relaciona con la adquisición de habilidades para evitar situaciones que hacen más probable las prácticas de riesgo, formas alternativas de relacionarse con personas que juegan un papel importante en su forma de comer y comportamientos para alterar factores disposicionales del ambiente y de la propia persona que provoca que coma de una manera no saludable.

Desde una perspectiva psicológica, un programa de prevención en diabetesdebe contar con una estrategia que ofrezca al paciente competencias que eliminen sus conductas de riesgo, así como que fomente el establecimiento de conductas preventivas que pueden ir desde evitar las situaciones que favorecen prácticas no saludables, hasta el despliegue de habilidades para interactuar de manera efectiva con las contingencias de la vida diaria.

La psicología es una disciplina que puede aportar soluciones en el campo de la salud y particularmente en el control de la diabetes. Las cifras de prevalencia de esta enfermedad son significativas y, como para cualquier otro problema de salud, la prevención es la mejor herramienta. El modelo psicológico de la salud Biológica constituye un marco que permite considerar los elementos pertinentes a la dimensión psicológica de la diabetes y de este modo diseñar estrategias que sean utilizadas para su prevención.

El diseño de programas preventivos debe hacerse con la participación de médicos, nutriólogos y psicológos, entre otros profesionales.

Asimismo, una forma para mitigar los efectos emocionales que produce ladiabetes es importante que la familia y los amigos del enfermo lo apoyen. Es necesario que el paciente sienta que tienen la ayuda incondicional de sus seres queridos, ya que se ha visto que las personas que tienen emociones sanas pueden sobrellevar más fácil cualquier tipo de enfermedad.

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