domingo, 11 de diciembre de 2011

LA SEGURIDAD SOCIAL DERROCHA CON LOS DIABÉTICOS



Soy diabético. Lo supe hace once años, cuando me descubrieron un índice de glucosa en sangre que podría haberme causado un coma y la muerte. La escena tuvo algo de humorística: acababa de comerme un helado de chocolate, vainilla y caramelo (lo que seguramente llevó mi glucosa a las nubes); la enfermera me dijo que un par de semanas antes, mi médico le había ordenado que me midiera la glucosa; lo hizo y, tras mirar la tirita reactiva puso ojos de víctima de Drácula y echó a correr; al minuto siguiente, entraron unos seis médicos en las estancia, que se pusieron a hacerme toda clase de preguntas, para mí ininteligibles. La cuestión es que había ido al consultorio para algo rutinario y salí convertido en un enfermo crónico con la vida cambiada.

Mal de muchos no es consuelo ni para los tontos. En España somos tres millones, que se sepa, porque los hay que conviven con la enfermedad perpetuamente y sin darse cuenta. Pero cuando uno se entera, y averigua que el exceso de glucosa en sangre es una especie de ácido sulfúrico que va destruyento todos los órganos, se lo toma muy en serio.

Yo en concreto, llevo once años viviendo con y para la diabetes. A causa de los horarios de las cinco comidas, he perdido a todos los amigos que solían invitarme a comer. Algunos me reprochan: “Comes como los albañiles”, refiriéndose a los horarios y no a los bocatas de chorizo y manteca colorá. Pero comer como pajaritos y cinco veces al día no es la única servidumbre. Yo consumo nueve medicamentos (algunos muy, muy caros) en trece tomas. El programa de comidas y medicación me tiene más harto… Creo que mi vida es poca vida, con estas servidumbres.

Afectada mi existencia en los social, en los económico (cuando uno vive solo, las dietas son caras), en lo sexual y en lo laboral, no es que tenga unas ganas locas de vivir. Las alegrías son muy escasas en la vida de un diabético mayor y soltero.

Pero me asalta constantemente una pregunta:
¿HA REALIZADO UN ESTUDIO LA SEGURIDAD SOCIAL A FIN DE ABARATAR SUS COSTES DE DIABÉTICOS Y MEJORAR LA VIDA DE ESTOS?

Porque resulta que el día que puedo ir a nadar un rato en una piscina, la glucosa en sangre me baja repentinamente a la mitad. Creo que si nadara dos veces al día, tal vez podría dejar de medicarme o reducir sustancialmente la medicación.

¿ALGUIEN HA INVESTIGADO A FONDO ESTE ASUNTO? Es muy posible que si la Seguridad Social construyera piscinas para diabédticos en todos los consultorios, ahorrase muchos millones en medicamentos.

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