domingo, 25 de diciembre de 2011

DEPRESIÓN DEL DIABÉTICO: El papel de la familia y de amigos.


Adaptado de la clínica de Mayo

La depresión afecta no sólo a quiénes la padecen, sino también a quienes les importa el bienestar de ellos: familia, amigos y compañeros de trabajo. Si una persona a la que usted le importa está deprimida, entonces una de las cosas más importantes que usted puede hacer para sí mismo y para esa persona es aprender todo usted pueda sobre la depresión y su tratamiento. Si la persona que está deprimida es un familiar, un esposo, un compañero, un niño o un amigo, el estar bien informado ayudará a su deseo y a su habilidad para ayudarle, aliviará alguno de sus miedos e incertidumbres, y le dará estrategias para hacerle frente a la depresión.
Sobrellevar junto a otra persona un episodio de la depresión puede ser una experiencia muy difícil. Requiere paciencia y valor por ambas partes. Aquí están algunas cosas que usted puede hacer para ayudar para suavizar el camino para ambos.
Estar ahí
Si usted nunca experimentó un episodio depresivo por usted mismo, entonces es imposible saber en qué grado de desvaloración, desamparo y desesperación una persona puede sentirse cuando está sumida en ella. Pero incluso si usted no sabe como siente una persona deprimida, usted puede ofrecerle empatía y compasión a alguien que está deprimido. Simplemente el estar ahí para esa persona puede diferenciar el curso de su enfermedad.
Para poder ayudar, usted debe entender que la depresión es una enfermedad seria que requiere la atención profesional. La depresión no es el resultado de un defecto del carácter. No es vagancia o flojera. No es un simple caso de “días bajos”. Y las personas que la padecen no están engañando a nadie. No pueden hacer nada por evitarla tal como un individuo con diabetes o artritis no puede pueden evitar tener estas enfermedades.
Cómo ser un apoyo
Una vez que usted entienda que la depresión no es algo que la persona a quién usted quiere tiene control sobre ella, puede ser más fácil que usted ofrezca la ayuda y el cuidado. Aquí están algunas maneras que usted puede ayudar:
• Exprese su preocupación. Reconozca el dolor de la persona con depresión sin que esto implique que usted sabe cómo él o ella se sienten. Escuche si él o ella desea hablar, pero no trate de forzarle a exteriorizar lo que siente. No haga preguntas que supongan una intrusión en la situación de la otra persona.. El permanecer aislado y poco comunicativo es a menudo parte de la enfermedad. No se lo tome como algo personal. Pregúntele cómo usted puede ayudar. Su persona querida puede no tener sugerencias específicas de las cosas que usted puede hacer, pero él o ella sabrá que usted está deseando ser su apoyo. Ofrézcale esperanza. Recuérdele que la depresión es tratable y que él o ella conseguirá probablemente estar mejor . Si su persona querida está bajo tratamiento, recuérdele suavemente que lleva un tiempo para que éste haga efecto.
• Dele refuerzo positivo. La gente deprimida se siente a menudo sin valor, y hacen mucho hincapié en sus fallos, fracasos y defectos. Recuérdele sus cualidades y capacidades y cuánto él o ella significa a usted.
• Mantenga su sentido del humor. Usted probablemente sentirá frustrado e incluso enojado ocasionalmente. Eso está bien, pero trate de no desahogarse delante de la persona que está deprimida y no centré su cólera en él o ella. Utilice el sentido del humor cuando sea posible para diluir la tensión y aligerar la atmósfera, pero no haga bromas a costa de su ser querido deprimido. Fomente la vida saludable y las actividades sanas. Invítele para actividades o visitar a amigos mutuos o familiares. Pero no le empuje y no espere muchos resultados demasiado pronto. También recuérdele suavemente a individuo la importancia del ejercicio y de una dieta sana.
Ocuparse de la resistencia a aceptar la depresión
Convencer a alguien que está deprimido que él o ella tenga una enfermedad y necesita ayuda profesional requiere a veces esfuerzo. En vez de preguntar, "estás deprimido?" o decir, "pienso que estás deprimido," explique suavemente porqué está usted preocupado. Sin ser crítico, describa los cambios que usted ha visto en su o su comportamiento y en su humor. Entonces pregunte si se está pasando algo en su vida y porqué él o ella parece estar con el ánimo muy bajo.
Puede que tenga que hacer varias tentativas antes de que usted pueda convencer a su ser querido para que busque ayuda, pero continúe intentándolo. Ofrézcase para acompañarle en la cita con el médico. Esto demostrará no sólo su apoyo sino también le permite compartir sus observaciones con el doctor, que podría ayudar en el diagnóstico. Otra opción es llamar o citarse usted satisfacer con al doctor por adelantado y expresar sus preocupaciones.
Durante el tratamiento usted puede tener que ayudar con la toma de la medicación poniéndole notas para recordarle la toma de sus medicinas o, en algunos casos de la depresión severa, administrando realmente las dosis como prescrito para cerciorarse de la medicación se está tomando correctamente. Si usted ve muestras de la mejora.,- y usted podría ser el primer en notarlo-, comparta sus observaciones para ofrecer el estímulo y esperanza. Si usted no ve muestras de la mejoría después de que el tratamiento haya tenido tiempo para funcionar, sugiérale pida otra cita con su o su doctor o terapeuta, o, quizás, buscar una segunda opinión.
Llevar la carga
Mucha gente puede estar preocupada por un individuo deprimido, pero para las una o dos personas que son los que realmente le atienden, la depresión puede cobrar un peaje incluso más grande. El cuidar a alguien deprimido puede ser uno de los desafíos más que nunca afrontará. La gente deprimida presiona que puede aislarse mucho, ser desagradable y no querer comunicarse. Él o Ella puede concebir sus actuaciones y preocupaciones como una interferencia o como insustancial.
Los esposos y las personas amadas de una persona deprimida no sólo tiene que hacer frente a las responsabilidades del cuidado de la persona deprimida, sino también asumen el control a menudo de tareas que la persona deprimida no puede manejar durante el tiempo que dure el episodio. Por ejemplo, si uno de los esposos toma generalmente las decisiones en materias financieras, el otro puede tener que asumir el control hasta que él o ella mejore.
¿Es demasiada la tensión?
Mientras que cuida su ser querido, usted puede sentirse como si su vida se haya puesto en compás de espera. Sin embargo, es importante que usted también se cuide a sí mismo. La asociación de Alzheimer ofrece estas 10 síntomas de estrés. Aunque están dirigidos a la gente que cuida alguien con enfermedad de Alzheimerson igualmente apropiados para los individuos que cuidaban a una persona deprimida.
• Negación. Usted no puede aceptar la enfermedad y sus efectos sobre la persona deprimida que usted quiere, sobre usted mismo y a su familia.
• Cólera. Usted se encuentra enfadado con la enfermedad de la persona que está enferma, con otros que no entienden por lo que usted está pasando, con el doctor por no arreglar el problema o simplemente con en el mundo en general.
• Aislamiento social. Usted ha cortado las actividades sociales que una vez le dieron satisfacciones y se ha aislado de sus amigos.
• Ansiedad. Usted se preocupa excesivamente de qué sucederá día por día y en el futuro.
• Depresión. La tensión de cuidar a su persona querida le pone a uno en el riesgo de tener una depresión.
• Agotamiento. Usted se siente demasiado cansado para hacer frente a otro día más.
• Insomnio. En la noche usted da vueltas a la cabeza y se preocupa, incapaz dormir debido a los pensamientos molestos e innumerables que no cesan de pasar por su cabeza.
• Irritabilidad. Usted se enfada con otros o siente que se va a subir por las paredes.
• Falta concentración. Usted tiene dificultad en mantener la atención en lo que está haciendo y en realizar tareas diarias.
• Problemas de salud. La tensión comienza a hacer daño, físicamente y mentalmente.
Los cuidados a uno mismo
Cómo usted maneja la situación y se cuida a sí mismo durante este período difícil pueden diferenciar del todo su propia salud y su capacidad de hacer frente a su la depresión de la persona que quiere. Atender sus propias necesidades no significa en absoluto que usted sea egoísta.
La manera como usted cuida de sí mismo incidirá en la forma como usted pueda cuidar a la persona deprimida cercana.
Los siguientes pasos siguientes pueden ayudarle a manejar y a rebajar su tensión:
Solicite ayuda. Usted no puede hacerlo solo. Cuando sea posible solicítela de la familia y de amigos para asumir el control algunas de sus responsabilidades. Si la gente ofrece a la ayuda, entonces no vacile en aceptar.
Si no le ofrecen ayuda, entonces pídales que ayuden en tareas específicas. Acepte sus sensaciones. Acepte sus propias emociones. Indudablemente se frustrará ocasionalmente, y no será capaz siempre de ocultar sus emociones. Es correcto decirle a la persona deprimida que usted está cuidando que está frustrado.
¿Qué hacer?
Cada persona es un mundo y yo estoy exponiendo aquí lo que me ha servido a mi y creo que puede ayudar a otros. Por mi experiencia personal puedo decir lo siguiente:
Para ayudar a una persona que padece trastorno bipolar, al igual que cualquier otra que sufre, lo primero que se necesita es que las personas que le quieren le manifiesten su cariño. Se puede llegar a sentir una soledad tan profunda que recibir afecto y atención supone salir un poco del agujero negro en que nos encontramos a veces durante las fase de depresión. Calor humano, caricias, tomarle la mano y hacerle saber que lo quieres y te importa.. un abrazo; todas las manifestaciones de amor son una medicina maravillosa para cualquiera y para nosotros en especial cuando estamos pasando una crisis. Pienso que se trata de “tender puentes de comunicación” para que al soledad que sentimos cuando estamos mal se mitigue.
Sentirnos comprendidos es algo importantísimo. Es muy difícil al principio que nuestros familiares y amigos íntimos lo hagan. Las familias cuando irrumpe por primera vez el trastorno bipolar se enfrenta a algo nuevo y desconcertante que altera el ritmo habitual y muchas veces provoca dolor y desesperación a quienes nos rodean, por ello, es imprescindible comprender la naturaleza de esta dolencia:
En primer lugar todos tienen que saber que nadie tiene la culpa de que uno se enferme. Al principio parece mentira que un esta enfermedad tenga un origen físico, en concreto son los neurotransmisores del cerebro que funcionan de manera distinta a lo de los demás. Es cierto que la bipolaridad tiene un componente genético, pero también influye para que se manifiesta el ambiente, el estrés, el abuso de drogas y alcohol, entre otros factores. No sirve de nada responsabilizar al enfermo de lo que le pasa y menos aún a sus ascendentes.
En segundo lugar: LA INFORMACIÓN SOBRE LA NATURALEZA DE LA ENFERMEDAD. La mayor arma con la que contamos todos los que estamos relacionados con la enfermedad es LA INFORMACIÓN. Mientras más sepamos, mejor sabremos sobrellevarla. Sabemos que es una enfermedad crónica (para toda la vida), pero que con un buen tratamiento farmacológico, una régimen de sueño regula, ejercicio, una rutina de vida adecuada y un quehacer diario satisfactorio puede estabilizar nuestras vidas y hacernos llevar una existencia normal. Hay muchísimas personas en todo el mundo que trabajan, tienen familias y son tan felices como cualquier otra.
En tercer lugar: Póngase en el lugar del bipolar. Resulta muy duro cuando a raíz de una crisis, en ocasiones se pierden muchas cosas, a veces trabajos, amigos e ilusiones; no por ello hay que perder las esperanzas. Una vez obtenido el diagnóstico, las familias tienen que procurar respetar los ritmos del enfermo. No hay nada que me haya irritado más que el hecho de que me dijeran “¡Ánimo, pon de tu parte!” o “¿Es cuestión de fuerza de voluntad!”. Por favor, comprended que en esos momentos simplemente no se puede hacer más de lo que se hace. Yo tuve una crisis en que no era capaz ni de levantarme de la cama y si algún día conseguía ducharme era un triunfo. Así que en esas fases, respetad profundamente a la persona y si hace algún pequeño progreso felicitadle por él. Es bueno proponerle pequeñas metas diarias, como por ejemplo caminar diez minutos e ir alargándolo.
El sueño es vital para nosotros, es nuestro mayor indicador. Es imprescindible que lo regulemos y nos intentemos acostar a la misma hora y nos levantemos a la misma hora, eso hará que el resto del día se vaya regulando. Los horarios de comer también son convenientes respetarlos. La alimentación es muy importante, más de lo que nos imaginamos, de momento sólo decir que tiene que ser variada y rica en verduras y fruta. Se trata de crear una estructura en nuestra vida que nos vaya dando seguridad.
Es de gran ayuda que los primeros días, hasta que se produzca una recuperación se mantenga un control sobre las medicinas para que éstas sean tomadas correctamente y a la hora designada. A veces, al principio nos podemos hacer un lío porque estamos confusos y nos cuesta todo mucho por eso una ayudita en este sentido tiene mucho beneficio. También conviene estar al tanto de las citas con los médicos y en mi opinión es de gran ayuda que las personas que están más cercanas acudan al psiquiatra para preguntar todas las dudas que le surjan y se sientan implicadas en el proceso de mejoría.
Los Estados de manía son vertiginosos, esta fase puede resultar devastadora para nosotros y también para la familia. Aquí se pierde el control, nos metemos en un mundo en el que nos creemos todopoderosos y pasamos de un tema a otro sin descanso. Es una tendencia muy habitual la malgastar dinero; por ello es conveniente vigilar que las tarjetas de crédito están a buen recaudo. Yo, cuando he estado en fase de manía me da por llamar a todos mis amigos que están fuera del país y mis cuentas telefónicas se hace astronómicas. El sueño se descontrola y las horas de comer casi siempre también. En cuanto notéis señales de manía: hablar demasiado rápido, estar eufórico, haced lo imposible para pedir urgentemente una cita con el psiquiatra: ES ESENCIAL TOMAR LAS MEDICINAS ADECUADAS PARA ESTA FASE. Algunas veces no queda otro remedio que internar al paciente, pero esto no es el fin del mundo. Generalmente en una semana se ha controlado la fase de manía y se sale bien. Pero por supuesto, evidentemente es mejor atajarla a tiempo, porque cada crisis supone un gran desgaste para el bipolar y para su familia, además de mucho, mucho sufrimiento.

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