domingo, 5 de diciembre de 2010

Erick González, El mejor deportista diabético del mundo



Nuevamente el hombre demuestra que no existe más límite que el que se pone uno mismo. Este es el caso de Erick González Fritsche, quien ha sido designado el mejor deportista diabético del mundo, ya que ostenta récords que difícilmente podrían ser igualados por un ser humano en todas las aptitudes físicas al cien por ciento.

Durante su visita a las instalaciones de El Sol de México, Erick nos relata su aventura que comenzó en el año 1992, cuando después de 28 intentos logra la cima del Popocatépetl y al año siguiente anexa el Citlaltépetl e Iztaccíhuatl, pero en 1994 en la cordillera austroitálica logra los Oatzl Alps, proeza que le impulsó a buscar metas cada vez más difíciles.

Para 1995 cruza el Estrecho de Bering en una travesía de 100 kilómetros a pie y en solitario; ese mismo año cruza el Polo Norte en un recorrido de 861 kilómetros bajo las mismas condiciones (desde Barrow, Ak, hasta latitud norte 85 grados).

Erick González también descubrió que no sólo podía hacer frente a los climas fríos, ya que posteriormente completó un recorrido de 250 kilómetros en bicicleta de Tucson a Phoenix atravesando el desierto de este estado [Arizona] el que son 60 mil metros (?).

Hasta este momento fue nombrado el mejor atleta diabético en el planeta, por lo que fue distinguido con la medalla de oro, pero este apenas era el principio del gran camino que González Fritsche tenía por delante.

Cuando pasaba el año de 1997 atraviesa de la isla Baffin a la isla Devon en el Canadá, Ártico, caminando 298 kilómetros a pie y en solitario, el 14 de junio de ese mismo año es acreditado como miembro del club internacional de exploradores.

En junio de este año se impone una nuevamarca: las mil millas de recorrido en el Ártico, expedición a Sondre, Strom Fjord Groenlandia equivale a 376 kilómetros en solitario.

Originario de Guadalajara, Jalisco, Erick González afirmó que para poder lograr esta proeza tuvo que soportar temperaturas que van desde 5 grados bajo cero hasta menos de 80 grados. Desafiar el territorio del oso polar y arriesgar constantemente la vida al cruzar superficies de nieve suelta, así como placas de hielo quebradizo.

“Ha sido un largo trayecto y en ocasiones una experiencia dolorosa. La con[s]tante soledad, la complicaciones en el avance me hacen pensar en que debería retirarme, pero los desecho pensando en que a cada paso la meta está más cercana”, afirmó.

El atleta mexicano comentó con tristeza que desgraciadamente ha tenido más apoyo en las empresas extranjeras que en el país, además por lo que resta de este año y parte del que viene dará algunas pláticas a exploradores mexicanos, además de que se reunirá constantemente con grupos de diabéticos para intercambiar experiencias y demostrar que el único límite es el que uno mismo se pone.
(El Sol de México)

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