sábado, 12 de noviembre de 2011

los disgustos y la diabetes



En varios lugares mencionamos el estrés como uno de los factores que afectan negativamente nuestra salud y que pueden contribuir al desarrollo de la diabetes o a agravar sus complicaciones. En este capítulo trataremos con más detalle este tema y además veremos algunas de las formas en que podemos combatir los efectos nocivos del estrés.

Nuestra moderna sociedad es una en la que estamos constantemente sujetos a eventos y circunstancias que nos provocan estrés. Problemas en el trabajo, con nuestro cónyuge, la congestión vehicular cotidiana, las deudas en las que impensadamente incurrimos para luego darnos cuenta de que no podemos pagar, todo esto son situaciones que contribuyen a que nos mantengamos en un estado estrés continuo o crónico. Sin embargo, el mecanismo del estrés no está diseñado para activarse continuamente ni durante periodos prolongados, sino más bien para prepararnos para hacerle frente a una emergencia que dure relativamente corto tiempo.

Cuando estamos en un estado de estrés nuestras glándulas adrenales, localizadas en la parte superior de los riñones, segregan una serie de hormonas, entre las cuales se encuentra una llamada cortisol. Una parte de nuestro sistema nervioso conocida como el sistema nervioso simpático segrega otras hormonas llamadas adrenalina y noradrenalina. A su vez el páncreas segrega una hormona llamada glucagón, que tiene unos efectos contrarios al de la insulina. Estas hormonas, en conjunto, tienen varios efectos, entre ellos aumentar los niveles de glucosa en la sangre. El cortisol, en particular, es una hormona que juega importantes papeles en nuestro cuerpo, entre ellas: funciones relacionadas con el metabolismo de las grasas, las proteínas y los carbohidratos; con la regulación de la presión sanguínea, la retención de agua y sales y la actividad del sistema inmunológico.

En situaciones de estrés nuestro cuerpo segrega una cantidad de cortisol mayor de lo normal, con el propósito de producir energía a partir de las grasas y las proteínas, para así, aumentar la cantidad de ésta disponible. Éste es un mecanismo que tiene nuestro cuerpo para enfrentar una emergencia. Ahora bien, los seres humanos tenemos la capacidad de disparar este mecanismo no solamente en casos de emergencia, en los que nuestra vida esté en peligro. Problemas económicos, disgustos repetidos, enfermedades en la familia; estas y otras cosas, pueden disparar el mecanismo del estrés. Más aún, ni siquiera tiene que ser una situación actual, el mero recuerdo o pensar acerca los problemas y situaciones difíciles por las que hemos pasado, pueden disparar este mecanismo.

En nuestra sociedad moderna sobran los motivos por los cuales se activa el mecanismo del estrés. Esto significa, que en lugar de activarlo solamente cuando es realmente necesario para protegernos, lo mantenemos activado una buena parte del tiempo. Bajo estas circunstancias, el mecanismo del estrés se torna dañino a nuestro organismo. El esfuerzo constante de movilizar la energía disponible nos deja cansados, sin energía de reserva y aumenta el riesgo de contraer diabetes para los que aún no la padecen.

La activación crónica del sistema cardiovascular hace que nuestra presión sanguínea aumente. Uno de los efectos del cortisol es que inhibe la secreción de insulina, disminuye la capacidad de la insulina para transportar la glucosa hacia las células, además de hacer que las células se vuelvan más resistentes a ésta. De modo que si estamos en un estrés continuo o prolongado, comenzaremos a ver un incremento en los niveles de glucosa en la sangre. El cortisol, además, ejerce sus efectos sobre las células de grasa a través del cuerpo, haciéndolas resistentes a la acción de la insulina. La insulina, además de su ya conocido rol en la entrada de glucosa a las células, ejerce una notable influencia sobre el almacenaje de las grasas. Las células de grasa, al hacerse resistentes a la insulina, comienzan a segregar hormonas que le envían señales a otras células del cuerpo para que también se vuelvan resistentes a la acción de la insulina. El resultado es un notable aumento, no sólo de la glucosa en la sangre sino también de grasas, que comienzan a dañar los vasos sanguíneos.

Existe evidencia científica de que a medida que envejecemos aumenta la cantidad de cortisol que nuestro cuerpo segrega en respuesta a los estados de estrés. Esto hace que el control del estrés se torne especialmente importante en las personas de edad avanzada.

El estrés también hace que nuestro cuerpo pierda nutrientes. Cuando a causa del estrés suben los niveles de glucosa en la sangre, nuestro cuerpo pone en marcha una serie de mecanismos con el propósito de disminuir éstos. Uno de éstos es la poliuria (cantidad excesiva de orina para eliminar el exceso de glucosa). En este proceso de eliminar líquido del cuerpo, se eliminan también una serie de vitaminas solubles en agua, como la C y las del complejo B. Muchas de estas vitaminas cumplen un importante papel en el control de la glucosa y en la resistencia al estrés, de modo que su eliminación agrava el problema.

miércoles, 9 de noviembre de 2011

Cirugía gástrica para la obesidad y de paso para la diabetes



La cirugía abdominal es una medida terapéutica drástica para reducir el exceso de peso, pero puede ser útil para mejorar la diabetes tipo 2, cuando esta está presente.
Era esperable que saltándose el estómago y parte del duodeno, pudiera un obeso mórbido bajar de peso, pero la sorpresa ha sido que la misma operación, de paso cure la diabetes tipo 2. Esta dualidad, descubierta sin buscarla, pone de manifiesto que aun nos falta mucho por entender acerca de los complejos mecanismos que regulan el equilibrio energético. Parece lógico que si se reduce el tiempo y el espacio que el organismo tiene para absorber las calorías de los alimentos, la persona termine perdiendo peso. Pero lo que no esta claro es porqué cura la diabetes tipo 2.

Los cirujanos han ideado diferentes variedades de tratamientos quirúrgicos para hacer bajar de peso a los obesos. Una de ellas, es la técnica de Roux (nombre del cirujano francés que la desarrolló) de un bypass gástrico en Y, que con el tiempo ha pasado a ser la más utilizada. Ella consiste en apartar un pequeño reservorio de la parte superior del estómago, al que se adosa un asa intestinal cortada a la altura del intestino medio. En la práctica significa hacer un bypass al 80 o 90% del estómago y a todo el duodeno (ver figura 1). Desde el punto de vista de la obesidad, da muy buenos resultados, ya que el paciente mórbido, durante el primer año llega a perder hasta el 70% de su exceso de peso, tendiendo posteriormente a estabilizarse. Según el Dr. Luis Ibáñez, en su experiencia de 1500 casos, la mortalidad ha sido sólo del 0.12% (Obesidad, Editorial Nestlé Chile S.A. Roger de Flor 2800, Santiago 2007, pág. 155). En USA, es esta la técnica que más se utiliza y se estima que con ella, durante el año 2007 se habrían operado más de 120.000 pacientes.


Un poco de historia

Fue en 1980 que el cirujano Walter Pories de la Universidad de Carolina del Este realizó un bypass en un paciente obeso que además tenía una diabetes tipo 2, notando que junto con bajar de peso, no necesitó más insulina. Después de éste, fueron otros donde también observó lo mismo. En un comienzo pensó que los pacientes no necesitaban de insulina porque después de la operación comían menos, con lo cual debía bajar la glicemia y por ello no necesitaban insulina. Por otra parte, otros cirujanos que estaban observando lo mismo, pensaron que la pérdida de peso era lo que en definitiva curaba la diabetes, sinpensar mucho en el mecanismo. Sin embargo esta explicación no satisfacía, dado que la diabetes desaparecía espontáneamente a las pocas semanas de la operación, demasiado pronto como para atribuir el hecho a la pérdida de peso.

Pero en la medida que la casuística fue en aumento, se comenzó a pensar que algo más sucedía. El hecho ya es muy conocido, porque son varias las publicaciones de pacientes obesos y diabéticos que se han operado y que no sólo bajan de peso, sino que además curan de su diabetes. El 90% o más, de pacientes obesos y diabéticos que se someten a este tipo de bypass, aparentemente curan de su diabetes. (Science, vol. 320, Abril 25, 2008, pág. 438).


Los efectos son claros y de ello ya se han convencido no sólo los cirujanos, sino también los endocrinólogos, aceptando que más allá de la perdida de peso consecutiva al by pass, realmente se produce una cura de la diabetes. Por el contrario, cuando se realizan otros tipos de intervenciones quirúrgicas para bajar de peso, en la que no hay un bypass,sino que sólo se comprime el estómago por algún tipo de banda, no se observa la mejoría de la diabetes. Esto hace pensar que es el bypass al estómago y al duodeno, el que por algún mecanismo no conocido induce cambios metabólicos que curan la diabetes.

Pero hay otras observaciones más recientes. A partir del año 2000, en la Clínica Mayo en Rochester, comenzaron a recibir una serie de pacientes que presentaban síntomas muy alarmantes: confusión mental, comportamientos anómalos, convulsiones e inconciencia. Esto coincidía con glicemias muy bajas que se aliviaban al ingerir comida. Entre sus antecedentes estaba que algún tiempo atrás estos mismos pacientes habían sido sometidos a un bypass gástrico. En la Clínica Mayo, este tipo de pacientes se están incrementando y en la actualidad ven por lo menos dos al mes. Otros centros médicos también han tenido igual experiencia, lo que recientemente obligó a realizar un simposium en Boston para analizar el síndrome. En algunos casos las crisis hipoglicémicas han sido tan recurrentes que como medida extrema se les ha extirpado parte del páncreas, y en este se puede observar una hipertrofia de las células productores de insulina.


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Con esta intervención de bypass de Roux, lo que en definitiva se hace, es excluir del sistema digestivo el estómago y buena parte del yeyuno y bien se sabe que allí se producen distintos y muchos tipos de hormonas, que actuando como sensores a nivel local, llevan el mensaje por vía sanguínea al hipotálamo quien regula la sensación de apetito o saciedad. Al excluir el estómago y el yeyuno, en alguna forma se está interfiriendo la normal acción de estas hormonas. Una de ellas es la Grelina que produce las células de la mucosa del estómago, que en el hipotálamo despierta la sensación de apetito. En condiciones normales sus niveles sanguíneos están variando grandemente, ya que estas células detectan los cambios digestivos que ocurren en el día. Su determinación en los operados de bypass muestra que los niveles no oscilan y que persisten en niveles bajos, como si el estómago ya no interfiriera con el apetito.

Francesco Rubino del Comell Medical Collage en New York, ha estado experimentando en ratas diabéticas y cree que una hormona que normalmente produce el duodeno, llamada "-péptido 1 como glucagon, (Glucagon-like peptíde 1, (GLP-1))", es la culpable de la desaparición de la diabetes y también de la hipoglucemia tardía que se manifiesta tiempo después de la operación. Su teoría es que el duodeno, al quedar vació, comienza a sobre producir esta hormona. Ella (GLP-1), en condiciones normales tiene una diversidad de efectos, incluyendo un incremento en la producción de insulina. Por ello llega a producir una proliferación de las células productoras de insulina del páncreas, lo que explicaría la hipoglucemia que han estado observando los médicos de la Clínica Mayo. Al examinar el tejido pancreático que ha sido extirpado en algunos de estos pacientes hipoglucemicos, se ven los islotes de células pancreáticas muy hipertrofiados (ver figura 2).

Pero hay todavía mucho que investigar. Basta solo señalar que el intestino delgado produce más de veinte hormonas diferentes, cuyos efectos aun no han sido debidamente estudiados.


Se relajan las indicaciones

Las operaciones de bypass continúan incrementándose y hay una tendencia a relajarse respecto a las indicaciones quirúrgicas que hasta ahora eran muy estrictas. El Departamento de salud de USA, especificaba que este tipo de intervenciones debía reservarse sólo para los que tengan una masa corpuscular sobre 35 (lo normal se estima entre 18 a 25). En la última reunión en Roma (2008), el 78% de los asistentes votó por bajar el límite a menos de 30.

Pero otros más entusiastas, creen que esta operación estaría indicada no sólo para los obesos, sino que directamente para los diabéticos extremos. Un equipo de médicos italianos, franceses y brasileros, acaban de comunicar que han operado a siete pacientes diabéticos con peso normal, y que dos de ellos ya han completado seis meses de observación y que muestran una normalización de la glicemia y los niveles de insulina sanguínea (Suregery for Obesity and Related Diseases, DOI:10:1016/j.soard.2007.01.009). Todo esto esta confirmando algo nuevo: el duodeno esta también comprometido en mantener la normalidad de la glicemia, de modo que la responsabilidad no sería solo del páncreas. Por otra parte sería recomendable para los cirujanos no entusiasmarse para operar a los diabéticos hasta no saber que podría pasar más adelante.

viernes, 4 de noviembre de 2011

Gay Men and Women with Diabetes Find a Voice Through the Diabetes And Gay (DANG) Foundation


John Coman

Could the medical community be overlooking 2.5 million people who have diabetes? Currently, 23.6 million children and adults in the United States, or 7.8 percent of the population, have diabetes. Although an estimated 17.9 million of them have been diagnosed, 5.7 million (nearly one quarter) are unaware that they have the disease. If lesbian, gay, bisexual, and transgendered (LGBT) people comprise 10 percent of the U.S. population, then 10 percent of people with diabetes are part of the LGBT community-about 2.5 million people.*
In June, the Diabetes And Gay Foundation of San Francisco was created to raise awareness of LGBT issues among diabetes healthcare professionals and to strengthen and support LGBT people with diabetes, their significant others, and their relationships. Although there is no science-based research about LGBT members with diabetes, many LGBT people have reported individual struggles with diabetes that they believe are directly related to their minority group status.
John Coman, who has type 1 diabetes, established the DANG Foundation to give gay and lesbian people with diabetes a safe and comfortable resource for diabetes-related information, to support them in quitting smoking (LGBT individuals smoke twice as much as straight smokers), to help them find alcohol and drug addiction services, and, most importantly, to give their partners, spouses, and families a welcoming source of support. Until the DANG Foundation, there was no diabetes-related organization that sought to address LGBT issues and concerns.

"Diabetes is a stress in any relationship," says Coman. "And when you combine that with the added stresses of life as a lesbian or a gay man-whether you are open about it or not-there is a great need for LGBT people with diabetes and the partners who support them to receive services and information geared to their unique needs."
Neither the diabetes community nor the general healthcare community has ever attempted to quantify the number of people with diabetes who identify as LGBT. Moreover, when an LGBT person with diabetes is taken to the hospital suffering from a life-threatening incident ofhypoglycemia, there is often subtle discrimination and sometimes even a total disregard of the patient's desire to have his or her significant other present.
The foundation sprang from the experience of Jim Castaneda, Coman's legal spouse, when the couple went to a local emergency room. As he was being treated for kidney stones, Coman experienced an episode of hypoglycemia. While he was trying to get a nurse's attention to explain what was happening, his blood sugar sank to a dangerous 19 mg/dL and he began to have a seizure. The emergency staff rushed to raise his blood sugar and admit him to the intensive care unit, but no one bothered to tell Castaneda, who was scared and confused, what was happening to his spouse. "After I learned what had happened to Jim," says Coman, "I vowed that nobody else should ever suffer that silence and disregard."
* Editor's Note: Although the 10 percent figure is often cited, this Seattle Times article cites a U.S. Department of Health and Human Services estimate that there are 8.8 million gays, lesbians, and bisexuals nationwide - 2.5 to 3 percent of the total U.S. population.

martes, 1 de noviembre de 2011

El diabético Nick Jonas se implica en la investigación de esta enfermedad



Hasta las estrellas de la música más poderosas tienen su corazoncito y más cuando se trata de apoyar una causa que les toca muy de cerca. Los
Jonas Brothers son unos auténticos ídolos de masas juveniles y por eso
su imagen llega a todos los rincones del mundo. Seguramente eso es lo
que volverá a ocurrir ahora ya que, al margen de la promoción de su
nuevo trabajo, Nick ha decidido volcarse de lleno en el apoyo a los enfermos de diabetes.

Protagoniza la campaña Bayer Diabetes Care, una iniciativa con la que espera poder ayudar a los más de 150.000 jóvenes que viven con esta dolencia en Estados Unidos. El artista visitó además la Casa
Blanca donde se reunió con representantes de la investigación en este
campo y con el senador Frank Lautenberg, que alabaron su implicación.
En este caso Nick conoce en primera persona lo que supone vivir con esta dolencia,
ya que en 2007 confesó que padecía el tipo uno de diabetes: “Cuando me
dieron el diagnóstico pensé que podría morir. Tuve un bajón emocional
debido a que no tenía realmente idea de qué se trataba la enfermedad.
Me pregunté ¿por qué a mí? Después me respondí a mí mismo… por qué no a
mí. Luego me di cuenta de que podía ayudar a otros chicos con diabetes”.

Además de vender millones de discos, los Jonas Brothers han aprovechado su popularidad para crear la fundación Change for the Children, que se ocupa de ayudar a los niños menos favorecidos y enfermos. Actualmente están volcados en el lanzamiento de su nuevo CD, Lines, Vines and Trying Times.

jueves, 27 de octubre de 2011

Diabetes y alteración de las capacidades mentales



Un mal control de la enfermedad podría afectar a la memoria, la velocidad cognitiva y la flexibilidad mental a partir de los 40 años
No llevar un control estricto de la diabetes tiene, a menudo, consecuencias muy graves. Neuropatías, enfermedades cardiovasculares, retinopatías, problemas auditivos y neurológicos deben prevenirse, ya que, a menudo, son complicaciones irreversibles. Los problemas neurológicos derivados del mal control se desarrollan sin síntomas y pueden ser patentes sólo a partir de los 40 años. Por este motivo, los expertos insisten en su prevención y detección precoz para, al menos, frenar el deterioro acelerado de las funciones mentales que se da, sobre todo, en los primeros años de evolución.
Entre las complicaciones crónicas de la diabetes destacanretinopatías (enfermedades inflamatorias que afectan a la retina), neuropatías, nefropatías oenfermedades del riñón, problemas cardiovasculares y deterioro cognitivo. Los científicos han apuntado hace poco también al deterioro del oído interno, que puede provocar sordera leve o aguda. Todas estas enfermedades pueden prevenirse en un grado alto, si se mantiene un control adecuado de la enfermedad.
Pérdida de funciones mentales
Un estudio reciente publicado en "Diabetes Care", llevado a cabo por investigadores holandeses, concluye además que la enfermedad puede deteriorar la memoria, la velocidad cognitiva y la flexibilidad mental en la mediana edad. Los resultados también muestran que la pérdida de memoria avanza con la diabetes, mientras que la disminución de la velocidad cognitiva ocurre en los primeros cinco años y luego se detiene.
Los datos más preocupantes del estudio, que se ha realizado en 2.600 personas entre 45 y 70 años, apuntan a que los pacientes no perciben eldeterioro mental, mientras que éste empieza a acumularse a los 40 años. Este trabajo confirma resultados de ensayos previos que ya relacionaban la patología con el empeoramiento de las funciones mentales, como son la pérdida de la capacidad de pensar rápido y recordar palabras. En cinco años de seguimiento, aunque la alteración del funcionamiento mental en los pacientes con diabetes tipo 2 (no insulinodependientes) fue reducido, se mostró mucho más significativo que el grupo de no diabéticos. Esta pérdida de capacidades también fue notable en las personas que desarrollaron la enfermedad durante el estudio, aunque fueron los pacientes de larga evolución quienes tuvieron un mayor deterioro mental.
Otro estudio reciente, publicado en la "British Journal of Psychiatry", también se ha centrado en sus efectos cognitivos. Según los resultados, la enfermedad influye en el riesgo de pasar del deterioro cognitivo leve a la demencia.
Dieta, ejercicio y fármacos
Para evitar o retrasar las complicaciones a largo plazo, se recomienda un cuidado especial de ojos, pies, piel, corazón y salud bucal
Este trabajo holandés se ha llevado a cabo en pacientes con diabetes tipo 2, cuyos niveles de azúcar en sangre aumentan por la incapacidad del organismo de procesar la glucosa de manera adecuada, a causa de un problema del organismo en el empleo de la insulina. Por lo general, la enfermedad se desarrolla de forma gradual y es consecuencia de un estilo de vida no saludable (gran parte de los diagnosticados tienen obesidad) o del propio proceso de envejecimiento. Se puede controlar con una dieta adecuada, ejercicio y fármacos.
Entre las estrategias generales de tratamiento, es muy importante el control de la glucemia (nivel de azúcar en la sangre), el peso, la tensión arterial y las grasas (colesterol y triglicéridos), así como dejar de fumar y reducir el consumo de alcohol. Para evitar complicaciones a largo plazo, se recomienda dar un cuidado especial a los ojos, los pies, la piel, el corazón y la salud bucal, rutinas que podrían retrasar o evitar el inicio de peligrosas complicaciones.
La prevención es clave. La prediabetes es un estado que se caracteriza por unos niveles de glucosa en sangre más elevados de lo normal, pero no lo suficiente como para diagnosticarse diabetes, como un estado previo que podría revertirse o, al menos, retrasarse hasta en un 58% con un cambio de hábitos. La American Diabetes Association recomienda que las personas en esta situación previa reduzcan su peso entre un 5% a un 10% y realicen actividad física moderada durante 30 minutos al día. Uno de los consejos pasa por mantener los niveles de glucosa en sangre en niveles adecuados mediante la dieta.
El control y la prevención son importantes: la prevalencia en España se sitúa en torno a un 6,5% para la población entre 30 y 65 años, aunque las cifras oscilan en diversos estudios entre el 6% y el 12%, según los datos de 2009 del Ministerio de Sanidad y Política Social. En todo el mundo, el número total de afectados excederá los 435 millones en 2030, de acuerdo con las previsiones de la Federación Internacional de Diabetes (IDF).

lunes, 24 de octubre de 2011

Esperanza de vida ajustada por diabetes



La diabetes es una de las enfermedades crónicas no transmisibles de mayor impacto por su morbilidad y mortalidad. En Cuba, este impacto con respecto a la morbilidad no se ha cuantificado en un único índice que tenga en cuenta la severidad relativa de la diabetes y de sus complicaciones. La esperanza de vida ajustada por discapacidad (EVAD) es un indicador relativamente reciente que permite cuantificar el efecto de la morbilidad por cualquier enfermedad, en particular la diabetes y sus complicaciones, sobre la esperanza de vida. En este trabajo se calcula la EVAD para la diabetes, correspondiente a los años 1990, 1995 y 2000, lo que facilita el estudio comparativo del impacto de la morbilidad por diabetes (y sus complicaciones) entre hombres y mujeres, y a lo largo del período abarcado por estos 3 años. Se observa que el efecto negativo de la morbilidad por diabetes y sus secuelas sobre la esperanza de vida aumentan a lo largo del período estudiado; este incremento resulta más marcado en las mujeres, las que muestran una pérdida de esperanza de vida por esta causa, mayor que los hombres en los 3 años analizados. La carga de la morbilidad por diabetes y sus secuelas aumenta con la edad en cada uno de los tres años que se estudian.
Palabras clave: Diabetes; morbilidad; esperanza de vida; calidad de vida.
La incorporación de la calidad de vida a indicadores de carga de enfermedades y de esperanza de vida ha sido preocupación de la comunidad internacional por más de 30 años.1 También en Cuba este aspecto ha constituido una preocupación creciente en los últimos años, aunque en ocasiones la respuesta no ha sido la adecuada.2

En trabajos previos fueron fundamentadas las razones de esta tendencia, y se presentaron 2 de los principales procedimientos utilizados para este propósito: los años de vida ajustados por discapacidad (AVAD),3 y la esperanza de vida ajustada por discapacidad (EVAD).4
Una de las principales enfermedades crónicas no transmisibles en Cuba es la diabetes mellitus, tanto en lo referido a la mortalidad como a la morbilidad. La mortalidad asociada a la diabetes ha sido frecuentemente registrada y reportada, aunque subsisten algunos problemas metodológicos que propician imprecisiones en el registro de las muertes por esta causa.5

Las estadísticas de morbilidad muestran la siempre importante carga de esta enfermedad y de sus complicaciones (Registro de dispensarizados de la DNE 1991). 6 Algunos trabajos señalaron una tendencia hacia la baja (en la incidencia) de 1990 a 1993 en menores de 15 años,7 pero a más largo plazo, la situación es bien diferente. Por ejemplo, el número total de casos en el año 2000 es 2,1 veces el total de casos estimados para 1990, con cifras de 263 808 y 126 148, respectivamente (Ministerio de Salud Pública. Dirección Nacional de Estadísticas. Anuarios estadísticos de salud 1990, 1995 y 2000).

En el presente trabajo se calcula la EVAD para la diabetes y sus complicaciones, para los años 1990, 1995 y 2000. La esperanza de vida resultante de este ajuste es la esperanza de vida promedio de un ciudadano cubano en un estado de salud cualquiera que excluya a la diabetes y sus complicaciones, en el sentido de que se toman en cuenta los años de vida perdidos asociados a vivir con diabetes o algunas de sus complicaciones. La esperanza de vida se calcula siempre en un determinado contexto socioecológico de salud, generalmente real pero en ocasiones imaginario.8 El contexto en el cual aplicamos e interpretamos la EVAD es esencialmente imaginario, teniendo en cuenta que se plantea una situación irreal en la que toda la pérdida de calidad de vida en una población es atribuible a la morbilidad por una única enfermedad: la diabetes y sus complicaciones.

La EVAD para la diabetes y sus complicaciones cuantifica el efecto negativo de la morbilidad por diabetes y sus complicaciones, modificando convenientemente la esperanza de vida usual bruta (no ajustada) en la cual se incluyen los años vividos hasta la muerte, independientemente de la calidad de esos años. Esto permite, de una manera relativamente sencilla, comparar la carga por morbilidad de diabetes y sus complicaciones entre distintas poblaciones en un mismo tiempo, y evaluar la tendencia general de esta carga a lo largo del tiempo.