lunes, 17 de septiembre de 2012

AUNQUE PAREZCA MENTIRA… LA DIABETES II ES CURABLE

Si tienes diabetes tipo 2, esto te interesa

El terrible error sobre la diabetes que la mayoría de médicos no reconoce.
El concepto que la medicina convencional pasa por alto es que la diabetes no es una enfermedad del azúcar de la sangre. Sí, el nivel de azúcar se eleva en la sangre en los diabéticos, pero este es un síntoma del problema real, y es un intento del cuerpo de mantener las cosas en equilibrio.
El problema real en la diabetes es la insulina, y más específicamente la resistencia a la insulina junto con una defectuosa señalización de la leptina.
Cuando el azúcar en la sangre está elevado es una señal para que la insulina sea liberada para dirigir esta energía extra a un almacenamiento. Una pequeña cantidad es almacenada como almidón, llamado glucógeno, en el cuerpo. Pero la mayoría es guardada como el principal suministro de energía del cuerpo: grasa. Así, el principal papel de la insulina en este sentido no es bajar los niveles de azúcar, sino tomar esa energía extra y guardarla para cuando sea necesaria.
La insulina baja el azúcar en la sangre como un efecto secundario de dirigir la energía extra hacia un almacenamiento.
Por eso, los tratamientos que solo se concentran en disminuir el azúcar elevando los niveles de insulina en el cuerpo pueden incluso empeorar, más que remediar, el verdadero problema de mala comunicación metabólica. Y la mayoría de tratamientos para la diabetes tipo 2 involucran medicinas que o aumentan la insulina o disminuyen el azúcar (lo que consiguen multiplicando las células de grasa a mayor velocidad), finalmente contribuyendo a los efectos secundarios y la reducción del tiempo de vida que experimentan los diabéticos.
Si tu endocrino (o tu médico de la diabetes) no conoce la importancia de la leptina, cambia rapidamente de médico.
Recientes investigaciones revelan que dos de los órganos más importantes que determinan si desarrollamos diabetes tipo 2 o no son el hígado y el cerebro – y es su habilidad para “escuchar” a la leptina que lo determinará.
La leptina es producida por la grasa e influencia mucho, si no lo controla totalmente, las funciones manifiestas del hipotálamo en el cerebro, incluyendo:
• Reproducción
• Función tiroidea
• Función drenal
• Sistema nervioso simpático
La leptina también le dice al cuerpo:
• Cuánta energía tiene y si necesita más (dántote señales de hambre)
• Si debería eliminar energía (diciendo “deja de tener hambre”)
• Lo más importante, qué hacer con la energía que ya está allí (reproducir células o concentrarse en reparación celular)
El cerebro y el hígado necesitan poder escuchar esta señales de la leptina, y escucharlas correctamente, para poder mantener todo en el cuerpo funcionando sin problemas. Pero si te vuelves resistente a la leptina, la parte del mensaje de la leptina que normalmente reduciría el hambre y el almacenamiento de grasa, e incrementaría el “quemado” (gasto) de energía, no llega bien hasta el cerebro – así que sigues teniendo hambre y almacenando grasa, en vez de gastarla.
Mientras tanto, el mensaje de la leptina de incrementar la actividad del sistema nervioso simpático llega alto y claro, así que sigues hambriento, sigues acumulando grasa y acabas no solo con el azúcar alto, resistencia a la insulina y diabetes, sino también con la tensión alta, ataques al corazón y envejecimiento acelerado.

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