Perder la vista, sufrir alguna amputación o tener dolores neuropáticos pueden ser parte de la vida de un diabético, esto por la falta de atención hacia el padecimiento, que en México, según cifras de la Secretaría de Salud afecta a más de seis millones de personas, publicó La Crónica.
A decir de la psicoterapeuta gestalt Laila Paris Shaadi, uno de los grandes problemas de esta enfermedad es que la familia y la sociedad muy pocas veces se ponen en el lugar de los diabéticos. Por esta razón se crea un cerco en torno al paciente, “tanto en la familia de los diabéticos como en la sociedad hace falta hablar más del problema y enfrentarlo responsablemente, además de que los que no están enfermos entiendan que el mal existe y hay que hablar de él para mejorar, no debemos tenerle miedo, aseguró Paris explicó: “Pocas veces la gente se pone en los zapatos del otro, hay que aprender a vivir con las enfermedades crónico degenerativas, como la diabetes y para eso tenemos que aceptarlas, muchas veces la primera reacción que tenemos hacia la enfermedad es la negación, por eso en algunos casos el enfermo no se cuida” Según la experta, la falta de aceptación y el no reconocer que el individuo está enojado por estar enfermo hace que las cosas se compliquen y que no se logre tener el cuidado necesario para evitar las complicaciones propias del mal.
“La diabetes como enfermedad sólo le hace a la persona estar más consciente de sus límites, en muchos casos sirve para que la gente pida ayuda, cosa a la que generalmente no estamos acostumbrados” “Hacernos los fuertes, no compartir y no pedir, sólo hace, que nos vayamos quedando solos”, señaló. Para la especialista, el paciente no debe sentirse excluido por su nueva forma de alimentación o por los hábitos que tiene que adoptar después del diagnostico, “nadie está preparado para enfrentar una situación difícil, pero entre más exista la integración los resultados serán mejores.
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