miércoles, 13 de noviembre de 2013

Dieta para la curación de la diabetes

 

¿UN CUENTO  MÁS?

Como parece que de momento no va a haber una versión en español del libro del Dr. Schnitzer sobre curar la diabetes a través de la alimentación, me veo en la “obligación moral” de hablar más sobre el contenido del libro (ya que sinó, los que no sepáis inglés o alemán no tendréis acceso a esa información. Y considero que todos deberíamos tener acceso a recursos tan valiosos)


El libro se titula “Curar la diabetes. Tratamiento biológico de la diabetes y sus consecuencias” El autor desarrolló esta terapia/dieta tras haber evitado varias amputaciones de pierna por
gangrena causadas por la diabetes y curado a varios pacientes. En el libro hay testimonios, escritos por los propios pacientes, que durante los últimos veinte años se han curado la diabetes, tanto tipo I como tipo II, gracias a su concepto de alimentación sana.

Según un estudio sobre la constitución de la mandíbula y dentadura del “hombre” a lo largo de la historia, se llegó a la conclusión de que el “hombre” es frugívoro por naturaleza. De esa conclusión se puede deducir el tipo de alimentación que nuestro organismo fue dotado para morder, metabolizar y digerir: cereales germinables, semillas gramíneas, legumbres germinadas, lechugas tiernas, raíces, frutos secos, frutas.

Muchos detractores de la dieta vegetariana basan sus opiniones en la falsa teoría de que algunos aminoácidos esenciales sólo pueden encontrarse en productos animales (carne, leche, queso…) Pero en realidad, las necesidades de aminoácidos también pueden cubrirse a través de la combinación de portadores vegetales de proteínas (por ejemplo combinando cereales con lechugas verdes o con legumbres y soja). La ventaja de este tipo de proteínas es que no sobrecargamos nuestro cuerpo de proteínas y por lo tanto no se producen las típicas enfermedades por ello causadas. Esto es debido a que nuestro apetito, originalmente programado para satisfacerse con vegetales, da señales a tiempo de parar al sentirnos ya llenos (estos “frenos” fracasan con la alimentación de productos animales, a la que nuestro cuerpo no está genéticamente programado).

Los alimentos naturales mencionados antes deberían ser disfrutados en su forma más “vívida”, es decir, sin desnaturalizarlos a través del calor. A través de su cocinado (exposición al calor) se pueden incluso formar substancias tóxicas (excepto en patatas), a parte de perder sus valores en nutrientes.
Por eso es, tanto para sanos como para enfermos, la manera más fácil de digerirlos. El problema es que nuestros cuerpos no están acostumbrados a este tipo de alimentación (la suya originaria).

Para hacer la transición de la dieta actual a esta dieta orgánica, el autor aconseja una fase de adaptación mediante una dieta a base de sopas de cereales (desayuno, comida y cena), en la que el primer tercio de ese periodo los cereales son hervidos un poco; la segunda fase se mezcla mitad hervidos y mitad crudos y la tercera fase solo mojados.
Este periodo puede durar entre 3 días y 3 semanas.

Por mi experiencia puedo decir que esta fase es la más dura, incluso con molestias en el estómago, ya que mi cuerpo necesitaba acostumbrarse a ello. Pero después, se pueden empezar a comer todas las otras cosas que he mencionado antes y el estómago cada vez funciona mejor. De hecho yo siempre había sufrido diarreas y estreñimiento y desde que empecé con esta terapia no he vuelto a tener y voy al baño cada día sin problema (además de haber bajado un 75% la cantidad de insulina que me inyecto, señales de que a mi cuerpo le sienta muy bien esta alimentación)

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